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El carrusel de la muerte; Escenas de dolor en hospitales para Covid

“Se murió” es la noticia que nadie quiere escuchar.

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Laura CastilloSanto Domingo, RD

Los que pierden la batalla al Covid-19 tienen que ser movidos de la unidad a la morgue del hospital en una camilla de ruedas con un cajón de metal. Cuando este se acerca al área unos se refieren a él como “el carrusel” sembrando pánico en los que esperan resultados positivos de sus parientes ingresados.

Todos los que buscan saber de sus familiares se mantenían atentos y mirando hacia la unidad de Covid-19 del hospital Francisco Moscoso Puello esperando saber del estado de sus familiares afectados por el virus hasta que un señor dijo: “ahí viene el carrusel”, frase terrorífica ya conocida por todos los del entorno.

Al escuchar la voz de alerta, todos voltearon la cabeza a la izquierda para ver la temible entrada del “carrusel”. Nombre que le asignaron a la camilla con un cajón de metal y de forma de pentágono donde trasladan las victimas mortales del virus.

El lunes falleció a las 5:00 de la mañana aproximadamente una señora de 78 años de apellido Concepción Báez, según contaron sus familiares al permanecer en el hospital. Sin embargo, en el boletín número 299 correspondiente al día de ayer martes no aparecen defunciones notificadas.

Un equipo de LISTIN DIARIO visitó los entornos de la unidad de Covid del centro médico la mañana de ayer martes y faltando minutos para las 12:00 del mediodía ya dos familias sabían que sus parientes ingresados habían sido víctimas mortales del virus.

El señor que vestía con ropa oscura fue el primero que alcanzó a ver el cajón y posteriormente expresó en voz alta lo que veía venir, es decir, el famoso carrusel que casi siempre estrena un cadáver nuevo.

Al concurrir todos días el hospital ya los visitantes se conocen y unos a otros se consuelan y se preguntan sobre el estado del familiar interno a lo que algunos responden que “está mejorando” o que simplemente “se murió”.

En medio de esperanzas de resultados que den indicios de una evolución reciben la dura noticia de que no superó el coronavirus.

Sin ánimos ni ganas de caminar una señora acompañada de un señor que la sostenía de un brazo le dijo a otro que le preguntó del estado de su paciente, que le habían informado de su deceso.

La persona que se interesó en saber cómo estaba el pariente de la señora se percató de que no había buenas noticias por la cara de tristeza que mostraba.

“Sí, se murió”, dijo la señora momentos en el que apretó su mano derecha en forma de puño, se la llevó al pecho y cerró los ojos para afirmar la noticia y dar gracias por el pésame.

Se despidió de su amigo temporal y caminó con la cabeza afincada en el hombro del señor de tez blanca hacía su vehículo para marcharse del lugar asegurando un papel amarillo que parecía ser la acta de defunción junto a una cedula de identidad.

Otros familiares esperaban el cadáver de una mujer de 27 años afectada por el virus y que le dio un paro cardiaco mientras estaba ingresada en la unidad de cuidados intensivos del centro médico, según contaron los demás visitantes que habían escuchado cuando les informaron sobre el fallecimiento.

Un poco confundido un señor de baja estatura preguntaba por una funeraria que hay en las afueras del centro médico.

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