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Brisas del Edén llora a familia muerta por hombre que aun huye

El llanto es el común denominador de la familia afectada por la tragedia. VÍCTOR RAMÍREZ

El llanto es el común denominador de la familia afectada por la tragedia. VÍCTOR RAMÍREZ

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Helenny AmparoSanto Domingo, RD

Era día feriado y Olyn Vi­cente Sánchez aprovechó para hacer una reunión fa­miliar en su residencia en el sector Brisas del Edén, en Santo Domingo Este.

Se encontraba senta­da en el frente de su casa, compartiendo con sus se­res queridos y peinando a su hija de 4 años, sin ima­ginar que la desgracia, personificada en un hom­bre, entraría por la puerta y le arrebataría a sus pa­dres, esposo y hermana, y la dejaría gravemente he­rida.

Se trata del múltiple ho­micidio ocurrido el pasa­do lunes en el sector, en el que Rubén Darío Jiménez, expareja sentimental de su hermana Leyda Vicente Sánchez, arremetió a tiros contra esta última y su fa­milia, dejando tres muertos y dos heridos.

Olyn tiene 26 años y a tres días de celebrar su próximo cumpleaños se en­cuentra luchando por su vi­da en el hospital Darío Con­treras, donde ayer falleció su padre, Ángel Robles Vi­cente Sánchez, de un paro cardiorespiratorio, convir­tiéndose en la cuarta vícti­ma mortal.

Este hecho se suma a una larga lista de feminicidios registrados durante los últi­mos meses en el país.

Uno de los casos más re­cientes tuvo lugar en Hi­güey, donde María Altagra­cia del Rosario Frías perdió la vida luego de que su pa­reja Danny Santana Núñez le propinara 15 puñaladas.

En el año 2019 el 57.4 % de las muertes de muje­res fueron por asesinatos de sus parejas o exparejas, en hechos calificados como “fe­minicidios íntimos”, según los datos de la Procuraduría General de la República.

Olyn y su esposo, iden­tificado solo como Hen­ry, llegaron al sector Brisas del Edén hace seis meses aproximadamente, tiem­po suficiente para que sus vecinos le calificaran como “buenas personas”.

“Un amor de gente y educa­dos en el evangelio” fueron las palabras con las que los pastores Juana Bautista y José Calderón, propietarios de la vivienda donde ocu­rrió el suceso, describieron a Olyn y Henry.

Mientras rociaban con agua el frente de la casa pa­ra disipar las manchas de sangre que quedaron gra­badas en el piso rústico, los pastores manifestaron que los padres de Olyn solían visitarla todas las tardes cuando estos retornaban de trabajar.

SEPA MÁS

Los precedentes

Rubén Darío Jiménez, que hasta el momento se encuentra prófugo de la justicia, había amenaza­do y en por lo menos dos ocasiones secuestrado a Leyda, de acuerdo con las declaraciones de la pastora Juana Bautista, quien se enteró por me­dio de familiares de las víctimas. Luego de dis­parar a su expareja y a la familia, Jiménez huyó llevándose a la menor de edad.

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