Vecinos cerca de Faro a Colón a merced de la delincuencia
Los vecindarios asentados alrededor del emblemático Faro a Colon, en Santo Domingo Este, están “hasta el cuello” por la frecuencia de crímenes, asaltos y otros delitos, mientras sus gritos tras la búsqueda de defensa y protección no encuentran respuestas.
Allí, la inseguridad galopa a su antojo, mientras existe la amenaza de que esto pueda agravarse por el constante asedio de losdelincuentes que operan a su antojo, apretando cada vez más su cerco de maldad y perturbación.
Está situación está alimentando el miedo, haciéndole más miserable la vida a los residentes en esa zona oriental, mientras el mal se sirve cómodamente de los favores de la oscuridad y una escaza vigilancia policial.
Son esos dos potentes elementos dañinos los que tienen ahora a los vecinos del Faro “con el grito al cielo”, porque la delincuencia no para y la gente está cada día más expuesta a un crimen, asalto o una violación sexual.
Seguido entra a referencia la brutal escena del cadáver de un hombre asesinado de 42 puñaladas en los jardines del Faro, erigido en memoria al descubridor de América.
La gente que ha hecho asentamiento en los sectores aledaños a esta monumental obra de la era del expresidente Joaquín Balaguer se quejan del alto grado de inseguridad reinante en la zona, con poca presencia de policías e insuficiente iluminación.
Par hacer más precaria sus desgracias, a estos problemas de delincuencia citados se agregan males de la misma raíz, como desempleo, drogas, pobreza, falta de servicios suficientes salud, educación y alimentos seguros.
La última víctima de la que se le atribuye culpa a estos problemas es Isaías Raposo Holguín, de 21 años, cuyo cadáver fue visto por personas que se ejercitaban cerca, y seguido avisaron a las autoridades.
Sin embargo, aun cuando el hombre apareció en un espacio próximo a El Faro, se ha expuesto, como presunción, la posibilidad de que fuera asesinato en otro lugar y lanzado allí en horas de la madrugada, aunque esto aun está en fase de investigación.
El hecho es que hasta el mismo Faro a Colón está a merced de ladrones y saqueadores. El museo, que alberga piezas de invaluable valor histórico y económico, está prácticamente sin vigilancia, y ni siquiera cuenta con cámaras de seguridad y su entorno sigue arrabalizado.
La poca iluminación en la zona, principalmente en las avenidas de El Faro y la Iberoamericana favorable a los delincuentes en sus actos. Una mirada a vías públicas muestra una hilera de postes sin lámparas.
Un faro, definido como torre de señalización luminosa, no es lo que muchos dominicanos pudrían imaginar del dedicado a Colon, porque en este la mayoría de sus salas museográficas no tienen iluminación y de noche todo se cumbre por un manto oscuro.
Buscando explicación
Muchos vecinos consultados dicen no explicarse como están expuestos a tanto miedo y peligro con una obra tan importante y un destacamento, el de El Pensador, a pocos metros. En la parte exterior hay dos militares de la Marina de Guerra en servicio, uno de día y otro den noche. José Leonardo Cabrera, taxista, comenta que todos los días sale a caminar cerca del Faro, lamentándose de que allí no hay presencia policial a ninguna hora.
La pasada semana, según Cabrera, un turista fue asaltado a plena luz del día, justo a la entrada del monumento. “Nosotros nos sentimos totalmente indefenso aquí”, indicó. “Mira para los lados y dime si ves a alguna seguridad. Ninguno.”, le comentó el trabajado de taxi a este reportero.
Por su parte, Juana María Almonte, empleada privada, que cada día sale temprano de la mañana a caminar, informó que la Policía dejó de patrullar hace mucho y que el lugar es, ahora, “ideal para que maten a cualquiera”.
“A veces patrullaban miembros de la Armada, pero ya eso es cosa del pasado”, lamentó Almonte.
De su lado, Ramón Cáceres Lebrón, residente en El Pensador, se quejó también de la inseguridad allí. “Aquí estamos en zozobra con esto”, señaló.
Para asaltar, los delincuentes suelen apedrear vehículos en marcha, colocan grapas en el pavimento o interceptan a motociclistas. Lebrón explica que “la delincuencia no solo ha apuntado contra los moradores de los sectores cercanos a el Faro a Colón, sino también contra los turistas que visitan la zona”. Un militar, que prefirió no identificarse, indicó que los delincuentes se esconden entre árboles, sobre todo de noche, donde no hay iluminación, para luego atacar.
ACTOS
Antecendentes
El 6 de marzo del 2017, fue encontrado en los alrededores del Faro a Colón, el cadáver de la niña Vianela Reynosa Amparo, de 13 años, quien había desaparecido del sector de Villa Faro y su cuerpo encontrado con signos de violación sexual dentro de una funda plástica.
Un día después, brigadas recolectoras de basura encontraron el cadáver de Kary Katherine Henríquez, de 23 años, residente en Guachupita.
En este caso la victima también presentaba signos de violación.