Política

La batalla por el relato del Covid-19

China pretende acaparar el turismo y la economía mundial en tiempos donde se le acusa de expandir la pandemia.

China pretende acaparar el turismo y la economía mundial en tiempos donde se le acusa de expandir la pandemia.

Los vencedores son los que cuentan la historia. No porque tergiversen totalmente el transcurso de los hechos, sino porque los narran desde su perspectiva, proporcionando una justificación implícita de los sucesos, con la cual validan la victoria.

La hegemonía mundial instaurada después de la Segunda Guerra Mundial por parte de los Estados Unidos y consolidada con el triunfo sobre la URSS conllevó una narración de los acontecimientos que justificaron la derrota soviética, además de presentarse como un líder que imparte pautas de buen gobierno.

Antes de la pandemia se estaba llevando a cabo una guerra comercial entre los dos actores protagonistas de las relaciones internacionales actual: Estados Unidos y China. Según el profesor y experto en relaciones internacionales Iván Gatón, la COVID-19 ha venido a acelerar procesos que se habían iniciado: la debacle occidental y el cambio de la era geopolítica que estaba en marcha.

La lucha por el relato de la COVID-19 ha acelerado el cambio de época. Esta se caracteriza por una confrontación dialéctica, con acusaciones sobre el origen del virus. Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común, afirma que hay una batalla de narrativas, de quién cuenta mejor la historia y se presenta como el más capaz de resolver problemas como estos, pero que esconde un conflicto potencial por la hegemonía mundial.

Detrás de la situación por el relato de la pandemia parece esconderse un deseo de consolidar la hegemonía mundial por parte de China, mostrándose como la nación que ha proporcionado soluciones efectivas a una emergencia mundial.

Por otro lado, Donald Trump ha negado la gravedad del virus, culpando a Wuhan de su origen y violando todas las reglas de distanciamiento y prevención hasta llegar a contagiarse, superándolo y afirmando que ha sido una bendición de Dios. Detrás de este comportamiento, parece esconderse un deseo de defender su hegemonía y quitarle credibilidad a la narración de los hechos por parte de Pekín.

Hasta ahora, el comportamiento del gigante asiático parece dar más confianza y credibilidad, siendo el modelo seguido por bloques occidentales como Unión Europea y América Latina y el Caribe. Esto ratifica que la debacle occidental sigue en marcha y corrobora la afirmación del internacionalista Iván Gatón: Occidente debe transformarse o se derrumba.

La batalla por el relato no está siendo ganada por Estados Unidos, no obstante, esto no se traduce en una pérdida inmediata de la hegemonía. Pero una vez más debe ser motivo de reflexión para las democracias occidentales, que devoradas por la lucha de poder, el lucro y lo material, parecen haber perdido de vista lo esencial. .

Los norteamericanos todavía no aceptan la caída de su PIB. El crecimiento económico de los Estados Unidos parece haberse detenido tras la pandemia.

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