Enfoque
La ciencia y el coronavirus
He visto en las redes sociales un cuestionamiento a tres aspectos relacionados con el Covid-19 que han sido tratados por mí en diferentes programas de la televisión nacional. En tal sentido, como hombre de ciencia y estudioso del tema concernido pienso que todo ciudadano tiene el derecho de diferir o contradecir, con argumentos sólidos y científicos, informaciones o investigaciones realizadas sobre una patología cualquiera. Debemos recordar que cuando nos dirigimos al gran público tenemos que recurrir a imágenes verbales simples, racionales, coloquiales y directas para lograr el efecto deseado.
1- Reporte de estudio o modelo matemático al respecto de la posible mortalidad del COVID-19 para finales de este año si no se cumplen las medidas restrictivas de parte de la población.
Este informe data del 25 de junio recién pasado. Publicado por el Instituto Para la Métrica y Evolución de la Salud (IHME-COVID-19 Proyections) perteneciente a la Universidad de Washington. En dicho trabajo se hace una proyección de la letalidad del virus. En su acápite sobre el Caribe –incluye a nuestro país y demás islas adyacentes– y nos sitúa en el rango de 1,731 a 15,650 fatalidades con un promedio de 5,650 en el caso de que no cumplamos con la aplicación de aquellas medidas que podrían detener el contagio por el Covid-19. ¿Esto ocurrirá? Depende de cómo nos manejemos como sociedad. ¿Fue este estudio publicado por el Johns Hopkins Medical Center y su Oficina de Seguimiento de la Pandemia? ¡No! Pero sí fue una de las fuentes que ofrecieron datos al IHME-COVID-19 Proyections. Además de la mencionada Universidad, han contribuido con dicho estudio predictivo, las siguientes organizaciones: Fundacion Bill Gates, la sección Coronavirus News del New York Times, Universidad de Maryland, The Carnegie Melton de la Universidad de California, Universidad de Oxford, Google Labs, Fundación Medtronic, Microsoft, la UNESCO, la OMS, datos de los ministerios de Salud de diferentes naciones, Fundación Kaiser, Bloomberg Philanthropies , etc. Y otras instituciones que sería prolijo enumerar. Para constatar estos datos y más predicciones hasta julio 7- 2020 sugiero que los interesados entren a: healthdata.org. Por tanto es de rigor aclarar que esta información predictiva fue extraída de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington basada en la colección de datos de las instituciones arriba mencionadas. Espero, por supuesto, que podamos revertir estos angustiosos presagios.
2- No hay tal molécula en el tejido adiposo que hace el papel del virus. Pero sí hay un estudio publicado por ELSEVIER PUBLIC HEALTH C O L L E C T I O N ( PMC 7247450), fechado en mayo 25-2020 y bajo la firma de las Dras. Dafina Petrova y Elena Salamanca en el cual explican uno de los mecanismos de cómo el Receptor de la Enzima Convertidora de la Angiotensina, presente en el tejido adiposo, empeora el daño que el virus le causa a las células. Esto, porque se ha observado y publicado en docenas de artículos médicos que la obesidad es un factor de alto riesgo para los pacientes afectados del Covid-19. Este es un acierto que nadie niega hoy día. De ahí la recomendación de perder peso corporal mediante dietas sanas durante la pandemia. En Estados Unidos la prevalencia de obesos es de un 40%, de acuerdo con los estudios de Salud Pública. Sugiero igualmente leer el informe del NY Times y su equipo científico de fecha 4 de julio.
3- En fecha 8 de julio de este año, el NY Times hizo una revelación interesante y curiosa: que algunas (Wirecutter) habían notado que al lavarse las manos, notaron un olor desagradable después de hacerlo y atribuyeron este hallazgo a la “muerte del virus” por el jabón o el alcohol. Esto fue un informe incidental. Se espera que se certifique o no. ¿Tiene esta información algún efecto en la lucha contra el virus? ¡Probablemente no! De ahí que desmentir al NY Times no tiene sentido ni propósito. Al menos eso pienso.
Finalmente, todos tenemos derecho a opinar y contradecir estudios sobre el virus. Pero hay que leerlo todo, interpretar lo que usted dice o deja de decir. Esta pandemia todavía nos está enseñando su verdadera cara. No la politicemos. No es saludable hacerlo. Y al personal de Salud que recuerde que una verdad científica del presente puede convertirse en letra muerta, y viceversa.
He sido médico por 59 años, en ejercicio y entrenamiento permanente, y nunca me prestaré a dar noticias falsas. Mi honestidad profesional así lo demuestra.
El autor es jefe del Departamento de Neurocirugía Hospital Dr. Luis E. Aybar (CECANOT).
Maestro de la Medicina y de la Neurocirugía.