ESMIRNA PAREDES
La decadencia de los imperios
El geógrafo y politólogo sueco, Rudolf Kjellén, publica en el 1916 su libro: “El Estado como órgano viviente”, es aquí donde por primera vez aparece realmente el término Estado y se le describe “no como una entidad jurídica sino como un organismo dinámico y en continua transformación para poder competir en la escena internacional”.
Si los Estados, al igual que los organismos vivientes, nacen, se desarrollan y mueren, lo mismo pasa con los imperios, los cuales tienen tres etapas: la llegada, el apogeo y la decadencia. El objetivo del Estado mientras crece, es la conquista de su espacio vital o sea el espacio geográfico que necesita para vivir y satisfacer sus necesidades.
Una característica de todos los imperios es que están ahítos de placeres mundanos y pierden de vista el bien común. La historia nos enseña que la decadencia del Imperio Romano estuvo caracterizada por conflictos internos que aumentaron la debilidad de Roma, esto causó una crisis, la cual llevó a la caída del mismo y a un cambio de época.
Actualmente, estamos viviendo una etapa de transición, esto quiere decir que: ¿estamos asistiendo a la caída de la civilización occidental? Hace quinientos años se impuso la modernidad en la época del Descubrimiento y la Conquista en la cual Europa comenzó su geo-cultura dominante, e impuso el eurocentrismo.
La democracia, que es la forma de gobierno de occidente, está siendo cada día más desacreditada, al punto de preguntarnos si esta es realmente efectiva
Vemos una suseción de gobiernos democráticos que se desacreditan entre ellos y a toda costa desean influenciar nuestras mentes. Esto nos aleja de proyectos a largo plazo y de tener una visión común de destino, cultivando el individualismo.
Según el profesor y espe cialista en temas internacionales Iván Gatón (2018), los occidentales han atentado contra la familia y los valores éticos que permiten la mejor coexistencia con la naturaleza y con el otro, ya que la ética nos permite saber diferenciar sobre el bien y el mal. Según el reconocido filosofo Enrique Dussel: “La ética ocupa ese lugar que el espíritu deja libre”.
El hombre, para poder existir, debe tener la familia como institución fundamental y pilar para una vida equilibrada en medio de las estructuras insondables de las pasiones humanas.
Nuestra sociedad occidental está caracterizada por la eliminación de los límites. Todo está permitido, porque los referentes de virtudes, no son los valores morales en esta sociedad. Fuimos educados por los medios de comunicación y por Hollywood, que apoya en todo tipo de libertinaje.
Cada día reclamamos más libertades, esto al parecer es uno de los factores que ha llevado a occidente al colapso y a la decadencia. Vivimos en la civilización del espectáculo, donde no tenemos una vida privada; es por esto que Gabriel García Márquez decía que: “tenemos tres vidas: una pública, una privada y una secreta” al día de hoy las tres son públicas.
Estamos viviendo una época de transición, de cambio hegemónico, acompañada por una crisis de valores. Occidente perdió las virtudes, perdió el concepto de familia y esto fue un plan apoyado por el cine y por la educación que ha traído consecuencias muy negativas para nuestra sociedad.
Las series de televisión, las películas, los programas, predican la destrucción de los valores, moldean las mentes de los niños desde muy pequeños, de modo que cuando ellos quieren reaccionar ya es tarde, ya creen que pueden hacer lo que deseen.
Muchos padres se han dado la tarea de dejar a sus hijos a la suerte de la televisión y la escuela. Esto, como resultado ha formado una generación carente de conciencia crítica, sin virtudes, llena de influencers: personas sin cualidades morales, artísticas, intelectuales, etc. Todo indica que vamos camino al colapso y lo peor es que esto parece no importarnos. Estamos demasiados ocupados en nuestros intereses personales. Debemos encontrar una solución al problema de nuestra sociedad, reivindicando la moral, lo cual debe ser tarea de todos; y los medios de comunicación deben ponerse al servicio de esta, antes de que sea muy tarde.vw