Enfoque
Respetar los hechos y luchar juntos contra COVID-19
En la actualidad, la epidemia de COVID-19 se está extendiendo por todo el mundo. Todos los países se enfrentan a una difícil tarea de combatirla.
Ante el enemigo de toda la humanidad, la comunidad internacional debería intensificar sus acciones y trabajar juntos para combatirlo. Sin embargo, ciertos políticos de algún poco país, en un afán de agarrar un “salvavidas político”, constantemente lanzan argumentos negativos contra China, envenenando la opinión pública e incitando al odio con consecuencias peligrosas. Estos argumentos abarcan principalmente los siguientes aspectos: el virus tiene su origen en China; China inventó el virus; China oculta la información; China demora en tratar la COVID-19; China debe ajustarse la cuenta y compensar a los demás; y el sistema político de China falló, etc.. Las mentiras, repetidas mil veces, siguen siendo mentiras. Veamos los hechos.
China es víctima de COVID-19. Hasta ahora, la epidemia ha causado más de 4,600 muertes. Más de 3.000 médicos se infectaron y más de 60 murieron. Después de meses de arduo trabajo, China ha logrado los resultados prelimilares de la prevención y el control de epidemias domésticas mediante la adopción de las medidas más completas, rigurosas y exhaustivas.
Todavía no hay vacunas y medicamentos efectivos para este virus, pero el tratamiento está avanzando. El 18 de febrero, los casos graves en China alcanzaron un pico de casi 12,000 personas. En el 18 de abril, estos datos se redujeron a 85 personas. ¡Cuántas vidas se han salvado! Sin embargo, China tiene una gran población, un amplio territorio y una estrecha conexión con el mundo. En la actualidad, los casos importados han superado los casos locales existentes. Los casos transmitidos localmente aparecen esporádicamente. La economía y la sociedad china se vieron significativamente afectadas, y la economía cayó un 6,8% en el primer trimestre de 2020. Por eso, el Gobierno y pueblo chinos continuamos otorgando gran importancia a la prevención y el control. Por otro lado, promovemos la reanudación ordenada de la producción y los trabajos, mientras realizamos activamente la cooperación internacional en la lucha contra la COVID-19.
La lucha entre los seres humanos y virus siempre ha acompañado el progreso de la civilización humana. La COVID-19 es un virus completamente nuevo que la gente nunca ha visto antes, y requiere un proceso desde el descubrimiento, la investigación y la detección hasta la confirmación. El origen del virus es un tema científico que requiere opiniones científicas y profesionales en vez de la politización y el estigma.
Recientemente, la revista “Nature” publicó un editorial donde pidió perdón por asociar el nuevo coronavirus con el nombre de Wuhan.
Desde que la provincia Hubei reportó los primeros tres casos sospechosos a finales de diciembre de 2020, China comenzó a enviar oficialmente información a la OMS y a los países de todo el mundo acerca de la epidemia, y compartió información sobre la secuencia genética viral. El Gobierno chino siempre ha manejado la epidemia de manera abierta, transparente y responsable. China utilizó el menor tiempo y dio la respuesta más rápida en la comparación horizontal con los principales países desde la detección de casos hasta la adopción de medidas a nivel nacional, logrando el tiempo precioso para el mundo en la lucha contra COVID-19. La OMS dijo que países como Singapur y Corea del Sur aprovecharon el tiempo ganado por China y tomaron las medidas necesarias para contener efectivamente la propagación de la epidemia.
Hace unos días, Wuhan estableció una misión de bigdata e investigaciones epidemiológicas relacionadas para verificar el número de casos confirmados y muertes de COVID-19, en base a la recopilación completa de todos los datos relacionados con esta epidemia. Algunas personas han intentado aprovechar la oportunidad para seguir acusando al Gobierno chino de ocultamiento de la información, pero parecen haber pasado por alto un hecho: los datos publicados por Wuhan no solo reflejan una actitud abierta y transparente de buscar la verdad, sino que también el respeto a la vida.
Según Sun Tzu, el que conozca al otro y a sí mismo, ganará toda batalla. ¿Cómo podemos hacer un juicio científico en el campo de batalla antiepidémica sin la fuente de datos correcta? Ocultar la situación epidémica no tiene sentido. El secreto de la exitosa respuesta de China a COVID-19 es precisamente respetar los hechos y atreverse a reconocer la verdad.
La COVID-19 no fue el primero ni será el último episodio de salud pública de gran envergadura. Además, los desastres provocados por el hombre, como el tsunami financiero, también han causado y conti
nuarán causando enormes pérdidas a todos los países. Pero, ¿hay antecedente de ajustarse la cuenta y realizar la compensación por algún país?
China siempre ha abogado por respetar los derechos de todos los países a elegir un camino de desarrollo que se adapte a sus propias condiciones. En cuanto a cómo funciona el sistema de China, el pueblo chino lo conoce bien y la práctica ya ha dado la respuesta. No estamos interesados en ser jueces de sistemas y valores, pero hemos considerado esta lucha antiepidémica como una oportunidad para modernizar el sistema y la capacidad de gobernanza del país.
La epidemia causada por COVID-19 es un desastre que enfrenta toda la humanidad, la cual nos afirma que los seres humanos son una comunidad de destino entrelazada cada vez más estrecha y necesitamos más unidad en vez de división. Enfrentamos una encrucijada, pero la opción está totalmente en nuestras manos.
Nunca olvidaremos el apoyo político y la asistencia material brindada por la comunidad internacional a China. Continuamos esforzándonos en la prevención y el control de la epidemia domésticamente, mientras tanto brindamos asistencia según nuestra capacidad a los demás países, entre ellos, la República Dominicana, según su necesidad. En esta batalla contra COVID-19, lucharemos juntos al pueblo dominicano.