ENFOQUE
El mensaje de una maestra a su pueblo
San Francisco de Macorís, mi Pueblo Amado
Prado Generoso de la Patria.
Te escribo sabiendo que sufres, estremecida, preocupada; porque teniendo fuerzas y coraje, no sabes con certeza donde está el más enigmático de tus enemigos. Por tanto, no puedes dispararle y destruirle en un instante. A tu espacio sacro ha llegado un intruso: Coronavirus; aquí como en otras naciones, sembrando incertidumbre, horror, pánico y muerte, acompañado de millones de mensajes, sobre sus características, comportamiento y las más variadas fórmulas de antídoto.
Hasta que la realidad y la angustia se enlazaron… y cada día las exactas o inexactas estadísticas… un ciudadano o ciudadana, partía a las soledades, entre oraciones que nadie más podía escuchar…
Los aún sobrevivientes, pendíamos de una recomendación salvadora: Quédense en casa. Prohibido estar en las calles, sonreír, escuchar de repente un estornudo, una tos….
Entonces, obedecimos aterrados, y en la casa fue común el grito de alguien: ¡Ya!, ¡apaga el celular!, ¡no quiero escuchar!
No pude más, abrí la ventana, mis pensamientos se pasearon por una calle solitaria; de manera generosa cruzó una paloma … un aleteo de bautizo… mientras con su cámara iba filmando distancias huerfanas … quizás dos ojos más la vieron cruzar, si, aquel guardia colocado en la esquina... Seguí añorando las calles abrillantadas por los pasos centenarios, por el vecindario de antes, abierto al sol de la solidaridad, por sus habitantes afanosos, de pronto, ahora, inmovilizados procurando sobrevivir y cuidar de los suyos y los de los otros.
Entonces pensé, ya no en la calle solitaria, sino en los niños, en los abuelos, en los padres residentes en zonas menos favorecidas, en hogares lúgubres y sin pan. Así la fuerza del pensamiento se convirtió en una voz de universo:
¡Reclamemos para ellos la dignidad, el derecho a ser contados entre los que de verdad salieron de la pobreza, entre los que por su condición de seres humanos, merecen disfrutar de todos los derechos que la historia y las luchas les han conferido!
Mis amigos francomacorisanos y Provincianos: muchas son las tareas de hoy: orar con fe y esperanza para superar esta pandemia del Coronavirus. Vencer otras, como las corrientes de “modernidad”, que nos empeñamos en lucir. Revirtamos lo que hoy acontece, orientemos a la familia, procuremos una juventud desbrozando malezas, dejando huellas y alcanzando las estrellas. Actuemos juntos para salvar el planeta, a partir de este pequeño espacio en que habitamos. Promovamos una corriente moralizadora en nuestro país, ética, humanista, proactiva y solidaria. Derrotemos el egocentrismo, la ambición, el mercantilismo político, la banalidad que se ha entronizado, pretendiendo desviar los sanos propósitos, para que el pueblo no logre ascender al pináculo intelectual, laboral, cultural y patriótico. Decidamos vivir toda la hermosura de la vida, a partir de la responsabilidad de entregar un cofre de sonrisas, rosas y paisajes, en un prado fecundo, custodiado por el lienzo tricolor, el himno de Prud’Homme y José Reyes y la herencia cultural y espiritual de nuestra América.
San Francisco de Macorís,
Viernes 17 de abril, 2020.-
Maestra Luz Selene Plata Ventura
Educadora, más de 55 años en labor docente.