Maestros dominicanos cuentan cómo pasan la cuarentena en China

Una pareja de esposos de origen dominicano, maestros de inglés en una escuela privada de China, cuentan a los lectores de Listín Diario cómo pasan la cuarentena por el coronavirus.

Llegaron en agosto pasado, con su hija de 12 años y un contrato de trabajo que vence en junio de 2020.

David Polanco es dominicano nacido en Baní, provincia Peravia, con ciudadanía estadounidense. Su esposa, Clari, es estadounidense, hija dominicanos. Ambos profesionales accedieron a compartir sus experiencias en la ciudad de Gongyi, en la provincia de Henan, ubicada a más de 600 kilómetros de Wuhan, donde surgió el brote de COVID-19.

No están contagiados ni desesperados, muy por el contrario cumplen a cabalidad las medidas de prevención, que incluyen tomarle la temperatura cuando entran y cuando salen a su residencial.

Una vez bajan del edificio donde viven, cuya renta está incluida en su contrato de trabajo, pueden adquirir los productos comestibles y de limpieza en establecimientos cercanos.

En las medidas de prevención de la propagación del COVID-19 está el darle seguimiento a las personas y los maestros de inglés cuentan que estuvieron de viaje cuando se detectó el primer caso, en diciembre pasado, y tuvieron que dar las informaciones de su ruta, con quien hicieron contacto, los trenes que usaron y cualquier otro medio de transporte.

Replicar las acciones tomadas por quienes han estado expuestas al contagio son efectivas, sobre todo para las naciones que no tienen historia de este tipo de enfermedades.

Hay mucha información, medidas de prevención con literatura e imágenes dicen qué hacer si tiene síntomas y cómo prevenirlo.

Detrás de la tormenta siempre se espera la calma, en la ciudad de Gongyi el transporte público llegó a ser nulo y ahora comienza a recobrarse poco a poco.

Estar informados sin pánico es una forma de poder llevar a cabo las acciones de protección frente al coronavirus y es lo que ocurre con David, Clari y su hija.

David y Clari no están acostumbrados a que un personal de salud vaya a sus casas, pero en China no se sienten agredidos, por que reconocen que es la forma que ejecutan las autoridades para evitar que el virus se expanda.