Montón de sueños atrapados entre tristezas

Con lágrimas en los ojos, Deidamia, recuerda que un 24 de diciembre estaba lloviendo y su casa se inundó. No pudo cocinarle a sus hijos porque tenía un anafe de carbón. Ese día se mojó, fue al colmado y lo único que pudo comprarles fue un refresco y panes.

En la Nochebuena de 2018, Deidamia recibió ayuda de los vecinos y preparó de cena a sus hijos pollo frito y ensalada, con una telera y un refresco.

“Mi sueño es poder pasarme la navidad en una casa que no sea igual que esta, porque que cada vez que llueve se me mete el agua:, dijo. “Quiero esperar un año nuevo con mis hijos, que no sea donde vivo, así tan mal”, agregó.

El pasado 15 de diciembre, su hija Deiry cumplió 15 años y no recibió una típica fiesta de quinceañera ni una sesión de fotos. Esto entristeció a su madre.

Una carta a Santa

Como todos los niños, los de Deidamia también tienen sueños. Ellos no hacen su carta a Santa, pero cuando conversaron con Listín Diario pidieron sus deseos.

Pedro Miguel quiere un carro a control remoto, Daniel una bicicleta, Darian un videojuego, Darianny una muñeca y Deiry un celular.

Emerson lo único que quiere para esta Navidad es bailar, comer con su familia y ver a su madre feliz.

No se pudo saber de los anhelos de Devilson porque estaba buscando el sustento de sus hermanos.

Deidamia tiene la ilusión de que su mamá viva con ella. Nueva vez su mirada se pone triste al comentar que quien la trajo al mundo reside en un asilo.

“Me da mucho miedo traerla porque está en silla de ruedas. Le ha dado tres trombosis. No tengo dónde acostarla ni tenerla cómoda”, manifiesta.