Enfoque. Más allá de la coyuntura
Por un pacto nacional para impulsar el desarrollo local
Para que el desarrollo de República Dominicana sea sostenible es necesario establecer una relación orgánica entre el contexto nacional y el ámbito local en la aplicación de las políticas públicas. De esta forma las medidas macro estructurales serán diseñadas y ejecutadas tomando en consideración su impacto a escala provincial y municipal, para que satisfagan necesidades locales y aprovechen, a la vez, las potencialidades de dichas demarcaciones.
En efecto, es necesario procurar que las políticas públicas nacionales tengan su versión local, adecuándose a las necesidades y potencialidades de los municipios y las provincias. Por su parte, las políticas públicas locales deberán tributar a políticas regionales y nacionales a través de planes y programas. De esa forma el desarrollo nacional fomentará con efectividad el desarrollo local y, a la vez, el desarrollo local se constituirá en base del desarrollo sostenible del país.
Esta visión queda claramente reflejada en la Estrategia Nacional de Desarrollo establecida mediante la ley 1-12, en su artículo 21 sobre los objetivos y líneas de acción. El objetivo específico 1.1.2 establece lo siguiente: “Impulsar el desarrollo local, provincial y regional, mediante el fortalecimiento de las capacidades de planificación y gestión de los municipios, la participación de los actores sociales y la coordinación con otras instancias del Estado, a fin de potenciar los recursos locales y aprovechar las oportunidades de los mercados globales”.
De dicho objetivo se desprenden varias líneas de acción encaminadas a establecer y fortalecer una relación orgánica entre el gobierno nacional y los gobiernos locales. Entre ellas podemos citar las siguientes:
- Fortalecer las capacidades técnicas, gerenciales y de planificación de los gobiernos locales para formular y ejecutar políticas públicas de manera articulada con el gobierno central.
-Identificar y resolver los conflictos de competencias y atribuciones entre autoridades municipales y centrales, para mejorar la coordinación en la ejecución de las políticas nacionales y locales.
- Fortalecer los espacios de coordinación intermunicipal (mancomunidades y asociaciones), a fin de implementar políticas que asciendan los límites geográficos de municipios particulares y potenciar y generar sinergias y economías de escala en el uso de los recursos municipales disponibles.
-Impulsar el desarrollo de polos regionales y otros esquemas de desarrollo local, fundamentados en la creación de ventajas competitivas y fomento a la innovación, que cuenten con las infraestructuras y servicios de apoyo requeridos y la necesaria coordinación entre empresas y centros académicos.
Merece una atención especial el lineamiento encaminiado a fortalecer el asociativismo de municipios y distritos municipales, ya sea en formato de asociaciones o de mancomunidades, pues este tipo de figura organizacional colegiada facilitará la relación de lo nacional con lo local, en función de agendas comunes en una región determinada. En efecto, tomando en cuenta que, conforme a los datos del 2012 de la Oficina Nacional de Estadísticas, República Dominicana cuenta con 158 municipios y 232 distritos municipales, para un total de 390 gobiernos locales, implicaría una gran dispersión el intento de establecer una relación particular del gobierno nacional con cada entidad local. Tal atomización de la relación entre lo nacional y lo local se traduciría en deficiencia administrativa ante los retos del desarrollo.
Gobierno nacional y gobiernos locales. Hasta el momento, en la historia del Estado dominicano, no se ha logrado una alianza estratégica para el desarrollo del país, en la cual se materialice la visión de que el desarrollo nacional debe fraguarse en el desarrollo local. Es necesario apostar a que es posible materializar esa visión con una nueva concepción del desarrollo y de las políticas públicas en República Dominicana. Si continuamos relegando para otro momento la necesaria articulación entre el gobierno nacional y los gobiernos locales, seguiremos perdiendo grandes oportunidades de optimización de recursos, de aprovechamiento de potencialidades y de efectividad de las actuaciones públicas.
Cuando no se logra una relación orgánica entre lo nacional y lo local en los procesos de desarrollo, se reduce el potencial de alcance de las metas del país. Esa desarticulación aumenta el riesgo de que los programas y proyectos de escala nacional o regional generen impactos negativos en comunidades locales. Es el caso de las infraestructuras de carreteras regionales que son diseñadas sin considerar las formas en que pueden fomentar el desarrollo de las comunidades rurales y urbanas por las que pasan, generándoles graves problemas de accesibilidad, de circulación y ambientales. Incluso en algunos casos estas infraestructuras inducen la ocupación irregular del suelo en ciudades grandes y medias.
Por su parte, dicha desarticulación impide que las potencialidades de las comunicades locales puedan desarrollarse para tributar a las estrategias nacionales de desarrollo, pues ante la indiferencia de las entidades nacionales sobre la realidad local, las instituciones provinciales y municipales tienden a promocionar un desarrollo localista sin preveer el aporte que puedan hacer con sus políticas al entorno de su demarcación. Eso es lo que explica la indiferencia de muchas autoridades locales y sus comunidades hacia los programas y planes sectoriales de escala nacional.
Contrato social por el desarrollo local. De esa forma, lo nacional avanzando hacia una dirección y lo local caminando en dirección contraria, no será posible lograr el desarrollo sostenible de República Dominicana. Para superar este distanciamiento se requiere que el Gobierno Nacional establezca una alianza estratégica con los gobiernos locales del Distrito Nacional, de los municipios y de los distritos municipales. Dicha alianza debe enmarcarse en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, en la Estrategia Nacional de Desarrollo y en los planes de desarrollo de las provincias y municipios.
Dicha alianza debe quedar plasmada en un contrato social entre el gobierno nacional, los gobiernos locales (con sus asociaciones), la Liga Municipal Dominicana, el sector privado y el sector social. A esto le denominamos Pacto Nacional por el Desarrollo Local. En el mismo deberán especificarse los compromisos de cada sector para tributar al desarrollo de las comunidades y al desarrollo nacional, con principios como Corresponsabilidad, Colaboración, Complemetariedad, Subsidiariedad, Equidad y Sostenibilidad.