Todavía sigue sin aclararse muerte de un anciano

Para la familia de Felipe Hernández era un diciembre cualquiera hasta que la madrugada del 17 de ese mes, el señor de 82 años salió de su apartamento con rumbo desconocido sin dejar rastros ni huellas.

Sus seres queridos quedaron sin ninguna sospecha respecto a donde podría estar.

“Yo llegué el día antes tarde en la noche porque tenía que llevarlo al médico temprano al otro día para sus chequeos de rutina y debido a la fuerte lluvia no pude ingresar al apartamento hasta ya pasada la medianoche. Yo fui el último que me acosté y cuando cerré la puerta de la casa todo el mundo estaba durmiendo, incluyéndolo a él”, relató Bernardo Alemán, hijo de crianza de Hernández, cuyo cadáver fue encontrado en estado de descomposición el pasado miércoles.

Definido como un señor tranquilo y pacifista, el octogenario nació en Monte Cristi y se dedicaba al negocio de producción de arroz hasta que decidió retirarse y pasarle la tutela de su fábrica a uno de sus hijos en el año 2005. Padre de tres hijos, dos biólogos, y Bernardo, a quien crió desde sus cinco años cuando se casó con la madre de éste.

“Siempre fue un hombre ejemplar, me tomó como si yo fuera su hijo y así fue siempre. Ese es mi papá y así lo considero. Fue ese quien estuvo siempre ahí conmigo y el que se fajó para que yo fuera a la universidad”, exclamó Alemán. Felipe, quien tenía desde el 2013 viviendo en la capital del país y solo dos en el sector de Ciudad Real II, acostumbraba a bajar y sentarse en uno de los muros de cerca de su apartamento. El cadáver de Hernández aún está en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para fines de autopsia.