NEGOCIOS DEL MERCADO NUEVO

Negociantes denuncian falta de energía daña alimentos

Limpieza. Ramón Pimento explica que el descuido y mugre que se extiende en los espacios es responsabilidad de quienes allí laboran. Pues dijo que la alcaldía de la capital envía los camiones recolectores de basura cada 15 y 20 minutos.

Limpieza. Ramón Pimento explica que el descuido y mugre que se extiende en los espacios es responsabilidad de quienes allí laboran. Pues dijo que la alcaldía de la capital envía los camiones recolectores de basura cada 15 y 20 minutos.

Los camiones repletos de frutas, vegetales, carnes, especias y víveres comienzan a entrar cuando el reloj marca justamente las dos en punto de la madrugada. La actividad se inicia y todavía a las diez de la mañana continúa. Los vendedores suelen permanecer varias horas repartiendo los productos agrícolas a los compradores del Mercado Nuevo.

Esta fase da paso a las actividades que allí se realizan hasta las seis de la tarde, cuando el sol comienza a ocultarse. El hacinamiento de negocios, la gran movilidad de personas que llegan y salen con sus productos en fundas y sacos es el ambiente que caracteriza este espacio.

Y en las últimas dos semanas se ha cernido un panorama aun más lúgubre con la falta de energía eléctrica. “Esto está de su cuenta. Estos negocios están casi quebrando. Sin luz hemos tenido que dejar de despachar alguno de los productos que vendíamos. Los refrescos los vendemos con hielo para poder seguir despachando las comidas con bebidas”, explica Pedro Ramírez, uno de los mercaderes.

El problema energético se extiende hacia donde son vendidos los diferentes tipos de carnes. Los carniceros han tenido que comprar fundas de hielo para mantener las carnes frescas y que estas no inicien su proceso de descomposición. Las moscas y mimes se depositaban encima de los productos ganaderos que estaban en exhibición arriba de los mostradores. Las pequeñas cucarachas se paseaban por varias partes de los negocios al momento que los vendedores eran entrevistados.

José Báez reveló que ha tenido que dedicar una parte de sus ganancias a comprar productos que sirvan para fumigar y eliminar las plagas que llegan y se reproducen.

Al igual que Báez, Diego Cuevas, señaló que las jornadas de fumigación no se han extendido al espacio de las carnes, donde tiene trabajando cinco años. Oficio que le ha permitido mantener y responder a las necesidades presentadas por sus dos hijos.

Una opción de vida Los rubros agrícolas son revendidos a supermercados, colmados y buhoneros que llenan sus carretillas y guaguas para luego desplazarse a diferentes barrios del Gran Santo Domingo, por donde pasan vociferando o anunciando con megáfonos los alimentos que tienen a la venta.

El camino de este mercado, ubicado en la Duarte, se vuelve angosto en diferentes zonas. La dificultad para caminar se debe al cúmulo de basura, charcos de agua contaminada y lodo que se encuentran posados.

Una gran cantidad de mercaderes se ubican en pequeños rincones y allí comienzan a vender los alimentos que están ubicados encima de cartones, sacos y hasta plásticos. Los productos se perciben frescos y limpios pese a la suciedad existente.

Varios vendedores dicen que mantener los alimentos en “buen estado” y en “excelentes condiciones” para ser despachados es uno de los compromisos que tienen que cumplir según establece la Dirección General de Servicios Públicos, dependencia del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN).

En varias esquinas, esta versión logró ser confirmada. Con cuchillo en mano, uno de los negociantes limpiaba de forma rítmica los repollos que recién fueron comprados a uno de los camiones que realizan la distribución. Las hojas verdes eran cortadas y arrancadas hasta llegar a quitarle toda la suciedad que el ojo humano alcanza a apreciar.

(+) ABANDONO Y DESCUIDO Este testimonio se vio en contraposición de varios trabajadores, quienes responsabilizan al ayuntamiento y al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) del abandono y descuido que tiene el Mercado Nuevo. “Toda esta basura que se ve posada tiene días. Las bacterias y enfermedades están a la merced de nosotros y los que compran.

El alcalde se ha descuidado de este mercado”, dice José, mientras señalaba la inmundicia que arropaba el camino. El encargado de la administración del mercado, Ramón Sierra, aseguró que la organización y seguridad se ha mantenido por la colaboración de 20 hombres, quienes se dedican a limpiar diariamente y realizar jornadas de fumigación cada dos meses. El servicio de energía. En la parte este del mercado la energía eléctrica se encuentra ausente.

Limpieza. Otro proceso de limpieza era realizado por Carlos Espinal, quien hace más de 20 años se dedica a vender remolachas hervidas en el Mercado Nuevo de la avenida Duarte.

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