San Isidro: entre el crecimiento y atraso

Con el cantar del gallo, Gilberto Mendoza, residente de San Isidro, se levanta en las mañanas para irse a trabajar vendiendo empanadas en una equina del barrio El Bonito. Durante seis años consecutivos esta labor le ha permitido salir adelante junto a su familia.

Su hija, quien es la protagonista de las escasas gotas de sudor que se deslizaban por su frente, le ha trazado el sendero de constante lucha a este hombre, quien habló de los males que hoy atañen al sector.

Mientras amasa una harina, expresa que el servicio eléctrico que se brinda en San Isidro presenta “grandes debilidades” que viene afectando a los moradores desde años.

Para este hombre que ha sido testigo de como el barrio se ha quedado sin luz durante largas horas, describe esta situación como inhumana e intolerable. Al tiempo que notificó que el lugar se ha visto sin energía durante 24 horas y hasta 48.

“La luz aquí es pésima. Esto no sirve. Es como si se tratase de un relajo. Nos hemos quedado sin este servicio durante muchísimas horas”, fueron las palabras que empleó Gilberto para concluir.

Asimismo, varios morados del sector expusieron su insatisfacción con este servicio y agregan que se encuentran esperanzados de que el proyecto de luz de 24 horas sea agilizado.

Los residentes Joel Delgadillo, Junior de los Santos, Adalgisa Mercedes y Jeny Correa coinciden en que el temor e incertidumbre se ha apoderado del lugar, debido a la elevada ola de delincuencia que ataca constantemente a San Isidro.

Salir a cualquier hora del día, sea en la mañana, tarde o noche, se ha convertido en un peligro para quienes residen en sus diferentes barrios. A pesar del patrullaje policial que se ha hecho notar, aseguran que los delincuentes saben el momento y la hora para accionar.

“La seguridad es pésima de este lado. Ya hemos sufrido de dos intentos de atraco en este negocio”, especificó el encargado del colmado “San Miguel”, Joel Delgadillo.

Durante un recorrido, se pudo observar un panorama en el que converge el desarrollo y la pobreza; un crecimiento poblacional con carencias básicas que se hacen notar.

En las calles se vislumbró una incongruencia entre el atraso y lo moderno. Entre las pequeñas casas, con plantaciones y hasta de zinc, se han levantado infraestructuras bien acabadas y con elementos que denotan impulso y vistosidad.

CARENCIAS EN SAN ISIDRO Parque y calles: Jenny Correa esperaba el autobús en una parada, con su pequeña de dos años aferrada a sus brazos, a quien, según sostuvo, tiene que llevar a todos lados por la ausencia de una guardería en barrio El Bonito.

“Niños en las calles es lo que más vemos aquí. Las madres no tienen donde dejar a sus hijos y, en muchas ocasiones, los tienen que dejar cuidándose entre ellos mismos”, indicó Correa.

Para esta joven madre, la construcción de una o varias estancias infantiles, representaría para las madres que estudian y trabajan, un paso importante que traería tranquilidad y regocijo a sus vidas.

Asimismo, argumentó que el barrio necesita el levantamiento de un parque, donde los niños y adolescentes puedan desplazarse en busca de entretenimiento sano, sin necesidad de trasladarse al principal, el cual queda a una “gran distancia” de los barrios.

“La mejor manera de combatir la delincuencia es teniendo a manos de nuestros hijos lugares donde puedan divertirse de manera sana y tranquila”, expuso la mujer.