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Sentí que me mataron el día de la sentencia

El personaje es extranjero, de madre jamaiquina y padre haitiano. Es gemelo, músico, ingeniero civil e ingeniero industrial. Cumple condena de 20 años por violación sexual a una joven de 17 años.

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Wendy Santana de FranjulSanto Domingo

Cuéntame cómo comenzó todo … En el 2007 vine a República Dominicana con una cubana amiga mía. Su esposo era dominicano y dijo que aquí las cosas estaban mejor que en Cuba, que podía aparecer trabajo y que los músicos se destacaban mucho. Estando aquí me metí a la iglesia adventista y me relacioné con las personas que dañaron mi vida.

¿La iglesia dañó tu vida? Sí... ¿Por qué? El papá de la querellante tenía muchos celos profesionales conmigo porque yo era buen músico. Él tocaba piano igual que yo, pero yo además tocaba violín, saxofón, casi todos los instrumentos y era bueno porque tocaba con mi hermano gemelo allá en Cuba y éramos famosos, sólo que allá no valía que uno fuera nada.

Como quiera se vive precario. ¡Ese hombre quiso destruirme!

¿Cómo llegas a la Iglesia? Yo vine por recomendación de un músico que me conocía. Solicité tocar en la iglesia y mi familia iba allá, mi esposa y mis hijos. El problema fue que el papá de la muchacha vivía estresado conmigo.

Hasta el piano se llevó para su casa con tal de que yo no tocara. Él era dirigente de la iglesia y compraba los equipos musicales.

No quería saber de mí dizque porque yo era moreno y ordinario. Pero su mujer y su hija me querían.

¿Cuéntame sobre eso? Yo al ver el rechazo constante me fui de esa iglesia para otra y la mujer de él pidió que yo fuera a tocar a la iglesia de donde yo había salido. A ella le gustaba mi música y a la hija también. ¿Qué sucede?, la muchacha y yo entramos en unos amores.

Ya ella tenía 18 años pero ellos, los padres, después dijeron que tenía 17 cuando yo comencé con ella y me sometieron por violación sexual a menor.

¿Te enamoraste de la joven? Realmente no. El papá de ella tenía una persecución conmigo, que no quería verme cerca de sus “mujeres” y sin embargo ellas me caían atrás. Bueno, el hecho es que la muchacha quería estar conmigo. No fue obligada a nada. Yo tuve un desliz con ella, más por hacerle una vaina a él, y tuvimos un tiempo de relaciones.

De ahí para la Fiscalía. Me sometieron y nada, se lo dije a un tío mío y él me estaba arreglando los papeles para irme para Estados Unidos, pero un día que acudí a una citación, porque yo nunca he rehuído de la Justicia, la jueza me quitó el pasaporte y no pude salir del país.

¿Por qué te condenaron? El papá buscó 12 mujeres para que digan que yo las había violado. Ellas dijeron que yo les ponía la mano, que las acosaba, las seducía, que las miraba mucho, en fin.

Me pusieron una orden de alejamiento de la querellante primaria. Me ordenaron participar en una charla y me dieron una fianza. Yo hacía mi vida normal y la gente dejó de ir a los juicios. A los seis meses el Ministerio Público se hace cargo del caso de la hija del hombre, el abogado acusador busca a otras tres testigos para que dijeran que yo las había violado. Yo siempre fui a todas mis audiencias. El caso es que llega el juicio de fondo, pero el abogado de mi defensa abandona el caso. Primero me dice que los querellantes me mandaron a decir que diera 300 mil pesos para dejar eso así y como yo le dije que no iba a pagar por mi inocencia, se retiró.

¿Qué declararon esas tres muchachas? Una dijo que la obligué a hacerme sexo en la avenida España; otra dijo que le puse la mano por todas partes un día que fue a mi casa a cambiarse de ropa porque teníamos una actividad en la iglesia y no le daba tiempo a llegar a su casa. Ella dijo, (que es una mentira), que yo abusé de su confianza.

La otra no dijo nada. Esa finalmente sólo dijo que yo la acosaba y que la presionaba para tener relaciones sexuales.

¿Qué determinó el juicio final? En el juicio de fondo me condenaron a 20 años. Se valieron de lo que dijeron las testigos últimas y ya. Así de simple.

¿Y qué pasó con la primera querellante? Nada, ella me quería. Ella dejó un novio que tenía por mí. Me dijo que la de la querella no era ella, sino su padre y que no podía hacer nada por mí.

-Cuéntame sobre tu vida aquí en el penal. -Al llegar al penal, a los tres días hubo una actividad, yo toqué y el psicólogo me preguntó: “Por qué estás aquí”. Cuando le conté, me dijo que lo lamentaba mucho, que me hicieron una vuelta difícil de solucionar.

Y nada, me he acostunbrado a esta vida. Apenas tengo 4 meses de los 20 años que debo estar aquí, pero espero en Dios que mi caso sea revisado y yo pueda salir rápido para estar con mi familia.

¿Cuál ha sido la reacción de tu esposa a todo esto? Ella lo sabe todo. Yo se lo confesé. Le dije que fue un error que tuve por quererme vengar del papá de esa muchacha y que me salió caro. La venganza no es buena diría yo, siempre se revierte en tu contra.

Ella lo comprendió, me perdonó. Los dos somos de la Iglesia y estamos con Dios.

¿Cómo funcionaba la relación de ustedes? Yo soy un hombre sexualmente activo.

La mujer siempre está cansada en la casa y uno se pone pa’ eso, y a veces comete errores. Yo le diría a los hombres que controlen sus emociones, que si tienen una esposa en la casa no tienen por qué salir a buscar a otras mujeres a la calle ni desesperarse con eso y querer a todas las mujeres para ellos. Con una es suficiente. Yo pequé, estuve con otras mujeres y nada, esas son cosas de hombre. Pero no fue que las violé. En todos los casos ellas querían estar conmigo.

¿Qué experiencia te deja esto? Un enemigo apostó a destruir mi matrimonio y a tumbarme como músico. Eso es todo. Yo tenía dos años de casado. La joven de la querella primero me rehuía, después le gustaba y me buscaba. Yo transportaba muchachos que iban a la escuela y le dije a ella que la llevaría gratis porque tenía que pasar por su casa en la ruta que yo hacía y no me costaba nada llevarla. Eso es todo. Ahí nos acercamos, nos gustamos y pasó lo que pasó: 20 años de condena.

Hay amores que matan porque mire: “Yo sentí que me mataron el día que me cantaron los 20 años en presencia de mi esposa.

Todo derrumbado, todo…

La Pastoral Fray Arístides Presidente de la Pastoral Penitenciaria, fray Arístides Jiménez Richardson tiene bajo sus hombros la misión de recibir a los internos de las distintas cárceles del país en su acogida cristiana, donde los ayuda a redimirse por sus pecados o malas acciones ante la sociedad.

Estas pastorales operan en todas las regiones del país trabajando de cerca el tema de la prevención, ofreciendo comida, ropas, útiles escolares y amor a niños y adolescentes con precariedades económicas y vulnerables a incurrir en delitos de la calle.

Dentro de las penitenciarías también realiza una labor ardua escuchando las voces de los internos y sus necesidades de limpiar sus almas, así como ofreciéndoles las herramientas necesarias para encontrar el camino del trabajo honesto.

Igual da seguimiento a quienes consiguen su libertad, sea condicional o definitiva, a fin de que no se sientan abandonados a su suerte y tentados de volver a cometer las fechorías que provocaron el encierro.

CENASI Primera Dama La Primera Dama de la República, Cándida Montilla de Medina, inauguró el 25 de julio pasado el Centro de Atención Sicosocial de la Penitenciaria de La Victoria (CENASI), el cual procura la reinserción social con dignidad de los reclusos que obtienen la libertad por cualquiera de las vías contempladas en la legislación dominicana.

En su discurso dijo que era un gran logro arrimar el hombro a uno de los problemas más neurálgicos y con muchas aristas confrontados por la sociedad dominicana.

Citó como personas privadas de libertad aquéllas que contrajeron una deuda social al transgredir las normas de convivencia, al tiempo de resaltar que necesitan apoyo y alternativas que los ayuden a pasar sus días de reclusión sin dañar más sus mentes y con la garantía de que se han curado.

Lamentó la carga de la sociedad por el delito de que ha sido víctima alguno de sus miembros.

“Un dolor que la condena al infractor repara pero no siempre cura”.

“Es urgente la necesidad de repensar nuestros prejuicios frente al infractor de las normas de convivencia, si de verdad queremos contribuir positivamente a una sociedad de paz”.

REINSERCIÓN El Procurador El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, es de pura convicción de que todo el que infringe la Ley debe responder por sus actos ante la justicia, incluyendo fiscales, jueces, funcionarios públicos, abogados o cualquier otra figura del sistema.

Pero también entiende que todo aquél que por la circunstancia que sea ha cometido un delito tiene derecho a ser escuchado y a tener una oportunidad de recapacitar y tratar de cambiar cuando ya está pagando por el error que cometió, consciente o no.

Es por ello que desde el Ministerio Público, donde tiene su asiento de trabajo, promueve la reinserción social como garantía de la no reincidencia delictiva y todo tipo de programas e iniciativas encaminadas a lograr la reducción sistemática del delito y de la inseguridad que puedan sentir los ciudadanos con las noticias de robos, atracos, muertes producidas por sicarios, homicidios, o violaciones sexuales a menores con historias desgarrantes.

Domínguez Brito es un abanderado de los programas de humanización y desarrollo personal y conductual de los internos en las cárceles.

Favorece, en ese sentido, la educación en valores para la buena convivencia social, el asesoramiento psicopedagógico, las terapias de grupo, familiar y personal, pero más que nada, la prevención desde todos los distintos estamentos de la sociedad dominicana.

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