Santo Domingo 30°C/30°C few clouds

Suscribete

Claves para evitar ser víctima del asaltante

Avatar del Listín Diario
Wendy Santana de FranjulSanto Domingo

A este personaje que nos recomendaron entrevistar en la Cárcel Modelo Najayo–Hombres cuando pedimos un caso de atraco le preguntamos que si estaría dispuesto a participar en una campaña de orientación a los jóvenes y dijo que le encantaría para, al menos, hacer algo bueno antes de morir.

Él sabe que actuó mal. Justifica los hechos bajo alegatos de pobreza y acorralamiento banal y lo atribuye a su juventud y a la poca esperanza que dan los gobiernos de mejoría.

Este personaje quiere advertirles a los que se están formando como él, el drama que pueden sufrir si caen en el delito y la Policía los apresa.

Ofreció importantes detalles sobre cómo opera esta acción ilícita y cómo los muchachos caen en ella y quedan atrapados en una red infernal de miedo, terror, persecuciones, dinero pero sin saber qué hacer con él porque siempre los acorralan y si salen vivos del barrio no tienen garantías de vida cuando entran en la cárcel.

Esta es su narración de cómo comenzó a atracar a mano armada

“Yo me casé y no tenía como mantener a mi mujer. Tenía 20 y pico de años. Me casé con mi novia, la embaracé y tuve que llevármela para una pieza, sin tener trabajo. ¿Qué como la pagaba si no trabaja? Oh, dándole problemas a los que tienen.

Tú me preguntas que cómo me inicié en esto.

¡Ja..! Primero vendía ropa. Nunca me funcionaba eso. Yo vendía normal en la casa y en la calle y luego llegaron las humillaciones. No tienen que hacerte nada, es que te rechazan, te aquerocean y otros echándole vainas a uno.

Yo tenía mi mujer, que se veía muy bien y otros me le hacían ojos bonitos para sonsacármela.

Otros con pesos, vehículos y de to´, pero ya usted sabe cómo. Uno, como muchacho al fin, lo que dije fue, ya, me cansé de aguantar, voy para la calle sea lo que sea. Yo me voy a buscar lo mío también. Y tuve que buscármela con fuerza. No tenía respaldo. ¿Quién me iba a respaldar?. La Policía?, ¿Un grupo?, no. Una pistola era lo mío.

¿Qué cómo la conseguí?. (Ríe de su hazaña y contesta) Se la quité a alguien. Sí. La primera vez hay que quitársela a alguien porque uno no tiene na’. Después de ahí ya uno mismo tiene su “arma de reglamento” y sigue “trabajando”.

Ese es el instrumento de trabajo de nosotros los que caemos en eso.

El primer palo lo di porque estaba desesperado.

Yo tenía una novia que trabajaba en una banca y le había contado mi situación. Mi familia me había dado la espalda y nadie me quería ayudar. Yo había ido a buscar trabajo a diferentes sitios y nada. En algunos sitios creían que uno era delincuente y dudaban de uno; gente que me conocía desde pequeño y que tenían negocio o trabajaban en el Gobierno les pedía que me ayudaran y nada, se me escondían o me daban algo para salir de mí.

Un fracaso.

Bueno, el caso es que ese día me armé de valor. La mujer estaba parida, recién parida y no había cuarto. Ella reclamándome que si fue para pasar hambre que yo me la llevé y ya tu sabes. Yo quería galletearla, pero me aguantaba porque me estaba atendiendo a mis hijas gemelas. Era un día lluvioso, tú sabes. No podía mandarla para su casa porque el hombre después que se lleva a una mujer, tiene que buscarle comida. Hay que ser responsable. Tú no le puedes decir vete.

El hecho es que mi ex novia me pregunta: ¿Cómo quieres que te ayude?. Le dije que su jefe tenía pistola, que me pusiera la cosa fácil

para yo quitársela y ella me contestó que a su jefe no, pero que tenía un enamorado que se la podía quitar. Pues me llamó cuando el tipo llegó a la banca donde ella trabajaba y yo le dije que lo entretuviera y que le dijera que ella iba a bregar con él.

Fui por todo el barrio buscando una pistola prestada para marcharle pero cuando uno está en mala nadie te quiere ayudar. No la conseguí y pensé dejar eso, pero cuando llego a la casa, eran las 8:00 de la noche y no habíamos comido nada. Un colmadero me dio dos funditas de leche para las niñas y se las llevé a mi mujer, pero ella me salió con esto; “No me gusta que pidan para mis hijas. Nosotros estábamos a pan y agua. Ella me mira y me dice “¡eso es lo que tú traes!. Yo me voy a ir para mi casa, allá yo no paso hambre”. Mira, las mujeres no deberían presionar tanto a los hombres pobres. Eso es algo que a un hombre de verdad le duele.

Yo le voy a decir esto a usted porque estoy arrepentido. Si no, fuera zíper. Déjame explicarle.

La muchacha me dijo ven sin armas, no importa. Tú te las arreglas, él está bobo conmigo.

Le dije que cerrara la banca y se lo llevara a caminar por ahí, que fuera a un restaurante cercano, pero a pies. Así lo hizo, me dio un toque por teléfono y yo los seguí.

El sobó su pistola y la tenía en la mano.

Mucho más difícil para mí que estaba desarmado, pero yo no tenía opciones. O lo hacía o me mataba. En una yo me le tiro, le hago un spring y lo siembro de cabeza en un montecito. Él queda aturdido y le quito el arma y el dinero que tenía, 8 mil pesos.

Con eso compré dos latas jumbo de leche para las niñas que en ese tiempo costaban 800 pesos cada una, compré dos paquetes de pampers, unas cervezas y para relajarme y le di el resto del dinero a mi mujer. Con eso comimos varios días.

¿Qué pasó después? ¿Qué tú crees? Seguir atracando. No había más nada. Yo baleé a más de 500 gente para quitarle lo de ellos. En mi barrio y en todos los barrios y to´. Le di problemas a lo ilegal fue. Me convertí, como dicen lo tigres, en un jodedor. Comencé a atracar a gentecita y no tenían na´ y pasé a atracar a capos, donde se movía dinero y droga.

Yo los secuestraba, los atracaba y tenían que darme cuarto o droga. Yo la vendía y con eso comía. La primera vez levanté 50 mil. Cuando los tipos eran fuertes llegué a quitarles 200 mil, 300 y 400. Si conseguía 300 kilos de cocaína o 20 libras de marihuana buscaba muchachos en el barrio que tuvieran necesidades y se las daba para que las vendieran detalladas. Le daba armas y pa´lante. Así comíamos todos en el barrio. A muchas mujeres que no tenían con que ir al salón y con muchachos chiquitos pidiéndoles comida la metimos al negocio. Esas se ganaban 30 mil o 40 mil si eran valientes y vendían bien.

LOS CONSEJOS

AL PRESIDENTE: Que haga como en Estados Unidos que todos los barrios donde hay droga, robos, atracos y matanzas, mandan furgones de gente a dar charlas, cursos gratis, comida barata. Deportes. Si se instalan allá por cinco o seis horas y eso lo hacen frecuentemente, se evitarán muchos dolores de cabeza. Den cursos pero también den trabajo o faciliten el trabajo porque los políticos: síndicos, regidores y diputados, sólo usan a los tígres para que los protejan en las campañas y después se olvidan de uno.

A LOS CIUDADANOS: A las mujeres que no anden con carteras muy finas y caras que esas son las que atracamos. Que no muestren sus prendas ni saquen dinero en la calle. Que no dejen las carteras abiertas y que no sean tan despistadas. Las mujeres siempre andan vendidas. A los hombres de trabajo que no caminen por callecitas con carteras abultadas.

Que no anden con todas sus tarjetas para que no las pierdan porque nosotros botamos todo eso y no nos importa.

A MI FAMILIA: Yo tengo 11 hijos, nueve hembras y dos varones, dos gemelas y dos mellizos. Tienen 8, 9, 11, 12, 13, 14 y 16. Tuve dos en NY, las gemelas en Haina y el resto en la cárcel. Las mujeres se enamoran de uno así como uno está. Este mundo está loco. Si a un hijo mío me le pasa algo yo rompo los barrotes y salgo a matar a quien sea. Claro, ya estoy arrepentido de todo lo que he hecho pero no quisiera que a ninguno de mis hijos ni me lo atracaran ni que ellos atraquen. Ellos no me pueden defraudar. Yo no tenía a quien defraudar porque a mi papá lo vine a ver grande, pero ellos tienen a su papá y yo voy a salir un día.

A LOS CUSTODIAS: Que no sean tan bárbaros, que respeten el sistema judicial.

Está prohibido golpear a los presos y ellos hacen lo mismo que cuando Trujillo y eso no va a arreglar a nadie. Más malos se ponen.

Mejor que se porten bien para que uno no quiera matarlos cuando salga de aquí. Eso es lo que hacen muchos: Venganza con los policías y del tiro se van inocentes. Es rabia que sale de aquí.

¿Qué edad tenías en ese entonces?

23 años. Tengo 10 años preso ya. Voy a cumplirlo el mes que viene (agosto)

¿Pues ya tú casi vas a salir?

Casimente. Yo hice 5 años corrido sin salir de aquí. De aquí me mandaron para San Pedro. Ahí se armó un motín, me mandaron pacá y así por el estilo hasta que frené aquí. Y aquí tengo cuatro meses nuevamente.

Háblame un poco de tu familia.

¿Cuántos son ustedes? ¿Qué hacen? ¿Quiénes son tus padres, tus hermanos?

Nosotros somos seis por to’. Cinco hermanos. Ellos trabajan y viven en Estados Unidos. Toda mi familia.

¿Por qué tú no estás allá? S

onríe… Porque estoy aquí.

¿Qué pasó en tu hogar?

Yo me crié en Estados Unidos también.

Vine para acá en unas vacaciones y aquí me quedé enamorao.

¿A qué edad te fuiste para Estados Unidos?

A los 9 años.

¿Quién te llevó?

Mi madre. Fuimos a Nueva York, Washington Heigth.

¿Qué hacía ella allá?

Home attender. Atendiendo ancianos.

¿Ella los pidió a todos?

Mi abuela la pidió a ella y ella se llevó a todos sus hijos.

¿En qué año fue eso?

En el 96 o 97. No recuerdo bien

¿Y tú papá quién es?

(Silencio profundo ….) A mi papá yo lo vi después de grande. Yo no tengo papá, olvídese de eso. No me crió ni nada. Tengo diez años presos y nunca ha venido a visitarme.

¿El nunca vivió con tu madre en una casa? ¿Los llegaste a ver juntos?

No. Yo estaba pequeño cuando ellos se despabilaron. Lo vi después de grande.

¿A qué edad lo viste?

Como a los 18 años.

¿Y cuál fue el impacto que tuviste? ¿Le reclamaste algo, lo odiaste, te alegró verlo?

Cuando yo lo vi… La Biblia dice “respetar a su padre y a su madre”. Lo respeto, lo quiero, lo adoro, todo, pero….

no puedo caerle atrás porque si él no quiere,

¿qué vamos a hacer?.

¿Él no tiene más hijos? ¿Los has visto?

Tiene como dos hembras. Pero a mí no me viene a ver nadie. Yo tengo primos, tíos, de to’, pero nadie viene. Mi mamá está fuera y mis otros hermanos.

¿Cómo te sientes por eso?

¿Abandonado?

Claro. Se me meten depresiones por tiempo y así… Tengo amigos, o tenía porque nadie me viene a visitar.

¿Cuándo fue la última vez que vinieron a verte?

Nunca. Mi familia a mí no me visita.

Usted sabe que uno mayormente es querido con su familia con sus hermanos y tu mamá y ellos viven en Estados Unidos y los de aquí no quieren venir. La gente que me visita son personas que yo he conocido dentro de la cárcel.

¿Y tu madre, no viene a este país, no te visita cuando viene?

(Silencio profundo ….) Yo tengo doce años que no veo a mi mamá.

¿Ella te abandonó?

No. Ella siempre me manda dinero y averigua como estoy, pero no la veo.

Desde antes de entrar no la veo.

-¡Ay, ay, ay!... Ese fotógrafo me está tirando fotos en la cara.

-No nos interesa tu cara. Él hace una silueta tuya para que la gente sepa que estuve hablando contigo.

- Ok. ¿Qué más quieres?

Háblame de lo que estudiaste.

Hice bachiller en Estados Unidos, en High School.

¿Y tú sabes inglés?

Sí. Yo soy bilingu¨e. Yo me fui a los 9 años, vine a los 14, volví y me fui a los 18 y regresé después de grande, como a los 22.

Tags relacionados