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TOCANDO LA TECLA

Escenario listo para el sufragio de hoy

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César Medina / Especial para LISTÍN DIARIOSanto Domingo

Suponiendo que en las elecciones de hoy vote el 30 por ciento del electorado -por encima de la abstención histórica pero inferior al promedio de América Latina- casi cinco millones de dominicanos elegirán a 4,106 cargos públicos en disputa, una cifra sin precedentes desde el restablecimiento de la democracia electoral el 20 de diciembre de 1962.

Con otra novedad en este tipo de evento: quince formaciones acuden coaligadas en apoyo a una misma fórmula electoral, la del licenciado Danilo Medina y la doctora Margarita Cedeño de Fernández en el primer tramo de elección, y también por primera vez en estos 54 años de democracia existe una brecha matemáticamente insalvable entre los dos candidatos punteros.

La fórmula oficialista tiene el apoyo de un partido legendario pero dividido hace tres años en dos mitades, el Partido Revolucionario Dominicano, que le contendió al PLD por más de cuatro décadas desde que lo abandonó su fundador y líder, Juan Bosch, en noviembre de 1973.

Luis Rodolfo Abinader Corona, de 48 años, acompañado por Carolina Mejía, comparece por primera vez encabezando la boleta de su Partido Revolucionario Moderno, pero tiene una experiencia previa porque fue compañero de fórmula de Hipólito Mejía, el padre de su ahora candidata vicepresidencial que perdió en los comicios presidenciales de 2012 del actual presidente y candidato en reelección.

El PRM y su candidato presidencial tienen el respaldo de cinco partidos y formaciones reconocidas por la Junta, entre ellos la franquicia del Partido Revolucionario Social Cristiano, también dividido en dos mitades, formado por el legendario líder Joaquín Balaguer que gobernó 22 años de las primeras tres décadas del post trujillismo.

Abinader orientó su campaña -concluida a la medianoche del viernes- sobre ataques frontales de corrupción y falencias administrativas al presidente Medina, a quien citó cientos de veces, estrategia que dicen algunos resultó contraproducente porque en cada discurso dejó el nombre de su contrario en la cabeza de los votantes.

El candidato a la reelección, en cambio, jamás citó por su nombre al abanderado opositor. No lo hizo en público pero se afirma que tampoco en reuniones privadas con núcleos importantes de la sociedad que levantaron fondos para su campaña o que se adhirieron voluntariamente a sus propósitos reeleccionistas.

Una campaña pacífica Desde las primeras elecciones celebradas en República Dominicana el 20 de diciembre de 1962, tras la caída de la tiranía trujillista, ningún proceso eleccionario había discurrido con tanta paz y tranquilidad como el que culmina hoy.

Salvo un caso aislado registrado la noche del jueves en un bar de una comunidad rural de Puerto Plata entre partidarios de las dos principales fuerzas en disputa, donde hubo una balacera con un balance de tres heridos, ningún otro incidente violento se registró en el país atribuible a la contienda electoral.

Para estos fines no puede computarse la muerte pesarosa del exrector universitario, Mateo Aquino Febrillet, por tratarse de un incidente violento entre partidarios afines que se salió de control y el responsable -líder de una entidad gremio-empresarial de camioneros- se encuentra en prisión y procesado por homicidio culposo.

Mucho más violencia hubo en los procesos internos de los dos partidos principales -PLD y PRM- donde se registraron víctimas fatales y agresiones menores que dejaron heridos y contusos. En la campaña concluida ayer no se registró una sola víctima fatal. Y ni siquiera pleitos menores tan comunes en los antecedentes electorales dominicanos.

“Observación observada” La numerosa observación electoral --calculada en más de seis mil ojos, algunos de ellos maliciosos- también está siendo observada por los ciudadanos que han observado una conducta insuperable a lo largo de este proceso.

Fortalece la garantía electoral la presencia de líderes internacionales de prestancia mundial, como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Vinicio Cerezo, de Guatemala; Martín Torrijos, de Panamá; Carlos Meza, de Bolivia, y Andrés Pastrana, de Colombia. A ellos se suman delegados de organismos multilaterales, de los representantes del cuerpo diplomático acreditado aquí e invitados especiales de la JCE y de los partidos políticos.

En total, son más de tres mil observadores, sumando los acreditados por organismos nacionales y ONG como Participación Ciudadana, que pidió y logró que la Junta accediera a acreditarles varios miles pero que no pudo pasar de varios cientos.

Sobre la observación electoral el presidente de la Junta ha reiterado que es la mejor garantía para certificar la limpieza y la transparencia de las elecciones que se celebran hoy en todo el país.

Trastornos del proceso El proceso electoral discurrió sin ningún trastorno importante hasta que la oposición objetó el procedimiento de escrutinio electrónico adoptado hace dos años con la sanción de todos los partidos y agrupamientos representados legalmente ante la Junta Central Electoral.

Aunque se trata de un procedimiento que ha funcionado a la perfección en diversos países de Europa y de Latinoamérica -permitiendo un conteo rápido que habría liberado al país de espantos- los partidos de oposición encabezados por el PRM y su candidato Abinader se pusieron a una para denunciarlo como susceptible de permitir tramposerías al momento del conteo.

Finalmente, el pleno de la JCE cedió a las presiones externas y modificó el sistema de escrutinio de forma que además del electrónico, el conteo se haga manual y que en caso de duda o de alguna diferencia prevalezca este último sistema.

El cambio de última hora ha trastornado la logística preestablecida porque, a decir del doctor Roberto Rosario, muchos presidentes y secretarios de colegios electorales se niegan a acatar la orden por las implicaciones que ello tiene en función del tiempo que tendrán que dedicar al conteo manual una vez cerrado el ciclo de votaciones.

Hasta anoche la JCE no había dicho de qué forma salvaría este inconveniente de última hora aunque el procedimiento para el montaje del colegio especifica que en caso de que a las 6:00 de la mañana del día de las elecciones no se haya completado el número de miembros de un colegio, quedará compuesto con los que se hallen presentes.

El problema podría radicar en que las valijas con los materiales de votación y montaje de las casetas queda bajo la salvaguarda del presidente o del secretario de cada colegio. En ese caso la ausencia del responsable conlleva una violación de carácter penal que implica prisión.

(+) UN ANACRONISMO EN LA LEY ELECTORAL Uno de los más peligrosos anacronismos del sistema electoral dominicano está contemplado en la ley: establece la obligatoriedad de que los materiales de votación sean salvaguardados por el presidente y/o el secretario de cada colegio electoral.

Se han presentado miles de casos en las 21 elecciones celebradas desde 1962 en que los depositarios de ese material imprescindible en unas elecciones se han desparecido “con la valija y el dinero” de las dietas de los demás integrantes de la mesa o colegio electoral.

La guardia muchas veces ha tenido que salir a “zancajear” a muchos de esos oficiales de colegios electorales que el mismo día de la votación no han aparecido aún a media mañana. A algunos los han sacados ebrios de cafetines con la valija debajo de la mesa…

El presidente de cada colegio electoral recibe no sólo los materiales de votación sino también la totalidad de los viáticos y dietas de los demás componentes de la mesa, los cuales distribuye en partes iguales una vez que se constituye el colegio de acuerdo al procedimiento que establece la ley electoral.

No son comunes los casos, pero hay registros de depositarios de esos dineros que desaparecen por días con todo y valija… En esos casos la JCE tiene alternativas de suplencia pero suele retrasarse la votación…

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