REUNIÓN DE LA SIP EN RD
SIP rechaza regulaciones a la propiedad de medios
EXPERTOS ENTIENDEN QUE EL TEMA DE LA CONCENTRACIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEBE SER REGULADA POR LOS ORGANISMOS AUTÓNOMOS DE LIBRE COMPETENCIA

La amenaza que podría representar para la libertad de expresión la concentración en la propiedad de los medios, según viene planteando desde hace poco más de una década la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, fue objeto de debate en la segunda jornada de trabajo de la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa que se realiza en Punta Cana, República Dominicana.
La CIDH, que propone un “marco regulatorio antimonopólico que incluya normas que garanticen la pluralidad atendiendo la especial naturaleza de la libertad de expresión”, contraría, según Claudio Paolillo, Presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, lo estipulado en la Declaración de principios sobre libertad de expresión que la propia Comisión Interamericana se dio en el año 2000, y que expresamente señala en su punto 12 que “en ningún caso” las leyes antimonopolio “deben ser exclusivas para los medios de comunicación”.
Regular específicamente a los medios de comunicación en busca de mayor pluralidad informativa puede resultar una mala solución que parte de una buena intención, a decir de Carlos Winograd, profesor investigador de la escuela de Economía de París y exsecretario de Defensa de la Competencia de Argentina.
Tanto Winograd como Luis Pardo, de la Asociación de Radiodifusores de Chile, coinciden en que la concentración de medios es un tema económico que debe ser regulado por los organismos autónomos de libre competencia, porque “no tiene un propósito de conquistar el discurso público” o lograr “hegemonía del contenido”, según Pardo.
“Los reguladores enfrentan cambios permanentes que las regulaciones no llegan a seguir”, afirmó Winograd. El proceso político resulta muy lento al lado del tecnológico, que a su entender, domina el sistema. En conclusión, cuando vienen a aprobarse leyes para regular el mercado informativo, la realidad ha cambiado.
Para Pardo, resulta preocupante que la Relatoría de Libertad de Expresión de CIDH “suscriba la línea argumental de determinado activismo, equiparando el fenómeno económico de la concentración que se advierte en algunos países con un conjunto de prácticas dolosas que ciertos gobiernos ejercen para limitar ilegítimamente la libertad de expresión e instalar un discurso hegemónico”.
Pardo atribuye a un grupo de organizaciones de la sociedad civil propiciar una “agenda anticoncentración” que busca introducir regulaciones que, según el panelista, no responden a la concentración, sino a un tema político-ideológico.
La Relatoría especial para la libertad de expresión concluyó en 2004 que las continuas denuncias “en relación con prácticas monopólicas y oligopólicas en la propiedad de los medios de comunicación social de la región” eran una clara muestra de la preocupación por el impacto que ese fenómeno “puede representar para garantizar el pluralismo como uno de los elementos esenciales de la libertad de expresión”.
CIDH ha dicho que, aunque difícil de percibir por su carácter sutil, “la libertad de expresión tiene un cercano vínculo con la problemática de la concentración. Este vínculo se traduce en lo que conocemos como ‘pluralidad’ o ‘diversidad’ en la información”.
Para Pardo, prácticas como el uso de la pauta publicitaria oficial para castigar o premiar, la persecución judicial, el ahogamiento económico de los medios críticos, el uso de los medios público-estatales como instrumentos de propaganda no pueden equipararse con la concentración de la propiedad de medios privados, un fenómeno que ambos ponentes consideran producto de la internacionalización que ha traído la tecnología.
La CIDH planteó en 2004 una razonamiento que va más allá de lo puramente empresarial para justificar su interés de regulación especial para la concentración los medios: “A pesar de las grandes cantidades de información procesadas en las salas de prensa de diarios, estaciones de radio y de televisión, el público en ciertos casos tiene la impresión de leer, escuchar o ver los mismos titulares en todo lugar.
En algunas ocasiones ello se debe a que estos medios tan solo repiten la información que ha sido previamente provista por las agencias de noticias locales o extranjeras. En otras oportunidades, los medios de comunicación simplemente centran su atención en un número limitado de eventos a los que se ha dado prioridad sobre otros”.
Para la CIDH, hace ya más de una década, la preocupación giraba en torno a la “incestuosa relación que se ha desarrollado entre la política y los medios de comunicación social”. “Hoy, es virtualmente imposible conseguir el poder sin la ayuda de los medios de comunicación. Los propietarios de los medios de comunicación, de otro lado, utilizan su posición para promover y defender sus propios intereses políticos, tomando ventaja de los políticos de turno para hacer realidad sus propios intereses empresariales.
Al responder pues quiénes son los grandes propietarios de los medios de comunicación responderemos la interrogante de quién maneja los hilos del poder”, dijo la Comisión en su informe.
El economista Winograd planteó que el regulador no puede seguir tratando de predeterminar lo que pasará en el mercado, y su misión debe ir orientada a acompañar y mirar ese mercado, asegurando barreras de entrada bajas que propicien la innovación. “El riesgo de sobrerregular es que puede convertirse en un freno a la innovación”.
“Aspiro a un mercado en que los que están sean desafiados por nuevos entrantes y la población captura las ventajas”, dijo el economista.
LISTIN DIARIO preguntó a los ponentes qué hacer en el escenario de mercados pequeños, con instituciones débiles de regulación de la competencia, como el caso dominicano, en los que la concentración en la propiedad de los medios podría derivar en una reducción del incentivo a crear los necesarios contenidos diferenciados y provocar una merma en la calidad del empleo de los periodistas.
Para Pardo, la tecnología está ofreciendo a los periodistas “la oportunidad de realizar emprendimientos exitosos en el entorno digital”. Consideró que el escenario es más promisorio que antes del desarrollo tecnológico que podría verse tronchado por regulaciones específicas a la propiedad de los medios.
Winograd dijo que los problemas de escala en países pequeños, donde los grandes proveedores no entran podrían verse subsanados por incentivos a coaliciones para la generación de contenidos y aglomeraciones para desarrollos y compras comunes.
