EL BULEVAR DE LA VIDA
Margarita, Carolina o la unidad, estúpidos, la unidad

LAS DAMAS SUMAN. Ya es oficial. Margarita Cedeño y Carolina Mejía son las candidatas vicepresidenciales de sus respectivos partidos, lo que representa una bocanada de aire fresco para una campaña pobre en ideas y propuestas, entre otras cosas porque al electorado dominicano vencido ya en su desesperanza, incrédulo y desconfiado, poco le importa lo que le propongan tirios y troyanos, en blanco (azul) o en morado. Ambas candidaturas tienen el mismo fin: unificar a los seguidores de los dos grandes bloques en competencia. Y es que Leonel Fernández e Hipólito Mejía podrían “estar de paso”, pero ninguno de los dos ha pasado, y ambos son fundamentales para el triunfo de Medina o Abinader. Conocidas las características asistencialistas y clientelistas de nuestro mercado electoral, donde tres de cada cinco ciudadanos con derecho a voto trabajan (o cobran) para el Estado, o reciben algún tipo de ayuda, asistencia o nominilla; en un país así, ya digo, muy perdido está quien niegue la determinante influencia política de quien haya sido jefe del Estado. Por eso, la elección de estas señoras, sólo puede sumar a sus respectivos partidos y candidatos presidenciales.
“CAROLINA, CAROLINA”. La señora Mejía Gómez no sólo es la hija del expresidente Hipólito, sino la única de todos sus hijos (deportistas y empresarios), que tiene vocación política, además de ser la madre de Diego (pero eso es tema de otro bulevar). Luis Abinader necesitaba el aire fresco de la dama, y de paso enviar la señal a don Hipólito de que sus piropos al presidente Medina y sus visitas a La Barquita (la niña de los ojos del mandatario) deben esperar a mayo 16, y de ser necesario a julio primero. Hasta ahora, parte importante de los seguidores de Mejía no se ha incorporado a la campaña, algo que confirmó recientemente la encuesta Greenberg-Diario Libre. El voto de los hipolitistas anda dividido entre Abinader y un Danilo Medina que al cerrar negocio con el PRD, ha dado a los seguidores de Mejía la mejor excusa para apoyarlo indirectamente, regresando a su partido de siempre. En verdad, esos señores no regresan al PRD sino que llegan al PLD por su vía. (Medina siempre fue un estratega de peligro, pero ahora, además, es Presidente de la República y dueño de la antorcha moradaÖ y se nota).
“MARGARITA, ESTÁ LINDA LA MAR”. La candidatura de Margarita Cedeño viene a fortalecer la endeble y frágil unidad del PLD, ahíto ya de tanto ganar siempre, alocado y triunfal es cierto, pero alocado. En 2004, la Dra. Cedeño pasó de ser la esposa de un dirigente político, a convertirse en la Primera Dama de la República. Obsesiva y disciplinada en su trabajo, espontánea y auténtica, convirtió su Despacho en un ministerio de lo importante (la niñez, la mujer, la asistencia social, la brecha tecnológica) y allí dejó su sello. Es la política dominicana que menos habla de “política”, y la que más se ocupa de la política sin comillas, la importante, las políticas sociales, y sus cosas principales. Al contrario de muchos de los políticos nacionales “que siempre tienen un problema para cada solución”, desde su Gabinete “la doctora” ha sabido encontrar la vía y la salida a más de un problema social, contando eso sí, con el apoyo de un presidente Medina que en un acto de inteligencia, agradecimiento y justicia, ha sabido sortear las presiones de algunos de los suyos y le ha permitido hacer su trabajoÖ y ahí están los resultados que las encuestas confirman. Desde noviembre de 2005 (apenas 15 meses después asumir como primera dama) “la doctora” ha permanecido en el Top Five de los presidenciales dominicanos, a veces como número uno, a veces como número cinco, pero siempre entre ellos. (Las malas lenguas cuentan que no gusta demasiado de Joaquín Sabina, pero nadie es perfecto. Otras deliran por Arjona o son de Las Águilas, que es peor).
“SABRÁ DIOS, UNO NO SABE NUNCA NADA”. Precisamente hoy, que se hablará tanto de la mujer, de sus cuotas, su derecho a olvidar, de sus avances y limitaciones, es una buena noticia la confirmación de que estas dos mujeres “de armas tomar y falda larga” disputarán la Vicepresidencia de la República. Para Carolina es el mejor comienzo, y para Margarita un paso más hacia el fin último de todo dirigente político, lo que dependerá, no de que esté “linda la mar”, ay, sino de su trabajo, del comportamiento de su triunfalmente alocado partido, y sobre todo de los votantes nacionales... algún día. “Sabrá Dios, uno no sabe nunca nada” .