HOSPITALES
Camas lucen vacías en las unidades contra el cólera
RECIBEN UN PROMEDIO DE DOS Y TRES PACIENTES DIARIOS CON DIARREA
Las unidades especializadas en la atención de pacientes con cólera instaladas en los principales hospitales de la capital permanecen prácticamente vacías, recibiendo un promedio de dos y tres pacientes diarios con diarrea o síntomas de esa enfermedad, que se encuentra bajo control epidemiológico en el país. No obstante, los centros de salud mantienen una vigilancia estricta de todo caso de diarrea que llega a esas unidades para evitar el posible resurgimiento de brotes, tal como ocurrió durante el pico de la epidemia que afectó al país durante varios meses del año pasado. C on una capacidad 27 camas, la unidad ubicada en el hospital Luis Eduardo Aybar, una de las más concurridas del país durante la epidemia de cólera, ayer tenía un solo paciente ingresado. En la nueva unidad construida en el hospital Francisco Moscoso Puello, ayer sólo había dos pacientes en rehidratación y su capacidad es de 10 camas, mientras que en la unidad del Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, la primera de esa naturaleza instalada en la capital, sus camas lucían vacías, y de ocho pacientes con diarrea recibidos en día anterior ninguno requirió de ingreso. El subdirector del hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, Pablo Wagner, aseguró que el número de pacientes con diarrea que llega a la unidad es mínimo y que desde hace mucho tiempo no se reporta un caso positivo de esa enfermedad que se manifiesta con diarrea aguda y que de no tratarse a tiempo provoca una rápida deshidratación que puede conllevar a la muerte. Asimismo, el coordinador de la unidad de cólera del hospital Luis Eduardo Aybar, José Reyes, dijo que los casos de diarrea que llegan al centro están por debajo de lo normal y que a esa área llegan entre cuatro y cinco pacientes diarios con problemas diarreicos, contrario a meses atrás, cuando el número de pacientes superaba los 30 y 35 cada día. Atribuye la reducción a la labor de educación y prevención que se ha llevado a cabo en el país y a que la población ha entendido el peligro de la enfermedad y la manera de evitar enfermar. Dijo que el personal de la unidad se mantiene alerta ante los casos de diarrea que llegan y que se mantiene ofreciendo charlas para evitar brotes. En el Moscoso Puello, donde desde octubre pasado el servicio especializado en pacientes con diarrea y sospechosos de cólera se ofrece en una sala construida para esos fines, la reducción de pacientes también ha sido notoria. Allí se reciben entre cinco y siete pacientes diario, sobre todo de barrios aledaños. La epidemióloga Ana Julia Cesín explicó que la prueba confirmatoria de la enfermedad sólo se le práctica a casos especiales, entre ellos cuando se sospecha de un caso de cólera atípico. Dijo que los ingresos en el área son pocos, rondan entre dos y tres de los que pertenecen al plan B y uno de los de plan A, que son los que llegan más severos, por día.