SALUD EN TIRANÍA
Trujillo construyó emblemáticos hospitales
La salud durante la Era de Trujillo era ejercida de manera distinta: era una especie de médico de familia que visitaba al paciente en su hogar. El enfermo era llevado en “literas” a los hospitales debido a la escasez de medios de transporte en una población eminentemente rural; no había cultura de ir al centro de salud y el médico no se atrevía a exigir, criticar ni denunciar falta de insumos. Aunque en la capital existían hospitales, entre ellos, el Padre Billini, donde se atendía la mayoría de las emergencias, en el 1948 Trujillo construyó el hospital Juan Pablo Pina, de San Cristóbal, que era su “buque insignia”, siendo éste el primer centro del país que contaba con departamentos especializados para atender diferentes especialidades médicas, al cual acudían incluso pacientes de la capital y recomendados por “el gobierno”. Para ese entonces las enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, blenorragia, la presión alta, problemas del corazón (producidos por la sifilis y fiebre reumáticas), la tuberculosis, la malaria o paludismo (con alta mortalidad), la conjuntivitis y aunque menos agresiva la lepra, eran los problemas sanitarios que ocupaban la mayor atención médica. Para esa época no se hablaba de dengue, pero si de enfermedades parasitarias, sobre todo la uncinariasis, que ocasionaba una gran anemia y se adquiría a través de la piel, porque en ese entonces muchas personas andaban descalzos. En ese entonces, el principal hospital de la capital que ofrecía atenciones de emergencias era el Padre Billini, luego fue construido el hospital Darío Contreras, cuyo nombre le fue puesto en honor al médico dominicano que operó a Trujillo de una infección en la nuca producida por una bacteria. También existía un hospital Antituberculoso, ubicado en el terreno donde funcionó por muchos años uno de los campus de la UNPHU, así como un leprocomio en Nigua. El riesgo A Trujillo no se le podía decir que no había insumos, no se podía denunciar ni criticar nada y el médico que no se sometía al sistema era desaparecido. El ejercicio de la medicina en Era de Trujillo fue rememorado para LISTÍN DIARIO por los doctores Héctor Mateo, cardiólogo, quien tiene 64 años de ejercicio de la medicina en el país, siendo durante la tiranía médico pasante en poblaciones fronterizas y en el 1948 nombrado Médico Sanitario Provincial, en San Cristóbal, así como el doctor Manuel Eduardo Valdez, con 61 años de ejercicio especializado en oftalmología y 94 de edad, quien fue médico sanitario en Nizao durante la tiranía de Trujillo y médico pasante en el 1946, con funciones, incluso, hasta de médico legista. Para ese entonces, no había cultura de ir a los hospitales, por lo que la gente llegaba en condiciones muy críticas, de ahí la expresión que se usaba en aquel entonces “ fulano está malo, está de médico”, dice el doctor Mateo, al ser entrevistado, y cuyas vivencias recoge también en su libro Reflexiones y Anécdotas. A Trujillo también le gustaba recetar, recuerdan los veteranos médicos. “Trujillo se atendía con médicos extranjeros, cuando había un medicamento nuevo, por ejemplo la cortisona en ese entonces, él se mejoraba de su quebranto y entonces se lo quería recetar a todo el mundo”, recuerda el doctor Valdez. DetallesDurante la Era de Trujillo, 1930-1961, se promulga la ley 1896 sobre Seguros Sociales, en el año 1948, para proteger a los trabajadores dominicanos. En el 1956 se puso en vigor el Código Trujillo de Salud Pública, mediante la ley 4613. Se construyeron hospitales como el Salvador B. Gautier, del IDSS; el Angelita, conocido actualmente como Infantil Robert Reid Cabral; La Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, el William Morgan, actual Luis Eduardo Aybar; el Francisco Moscoso Puello, el Darío Contreras y el Infantil Antituberculoso, actual de Enfermedades Respiratorias Santo Socorro. También el Juan Pablo Pina, de San Cristóbal; en Santiago, el Estrella Ureña. La Universidad de Santo Domingo graduaba alrededor de 150 médicos al año. Un médico practicante ganaba 20 pesos y uno graduado recibía unos 60 pesos. Una consulta costaba 10 pesos. Para el 1960, República Dominicana era una sociedad eminentemente rural. Tenía 44 hospitales, 136 dispensarios, un orfanato, 14 granjas o asilos, un manicomio y dos laboratorios. Salud Pública tenía 60 médicos, 68 enfermeras asimiladas, 35 practicantes y 26 odontólogos.