ENFOQUE
La producción limpia genera ingresos adicionales a empresas
MERCADO DE CRÉDITOS DE CARBONO COMPENSA A INDUSTRIAS REDUCEN EMISIONES GASES
Para orientar a las empresas dominicanas en cómo aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado de bonos de carbono, y acompañarlas en el proceso, el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI) cuenta con la plataforma de intercambio de proyectos de lucha contra el cambio climático denominada Caribbean Basin Climate Exchange (CBCX). Juan Manuel Díaz, quien es el director ejecutivo del departamento de Sostenibilidad del IDDI, cuenta que en los últimos tres años han contactado a las principales empresas dominicanas a fin de presentarles las ventajas, tanto ambientales como económicas, que ofrece una emigración hacia procesos de producción menos contaminantes. “Hace cuatro años comenzamos a ver que en República Dominicana no se estaban aprovechando los mecanismos ni las estructuras internacionales que se crearon para la lucha contra el cambio climático en los temas de mitigación y mecanismos de desarrollo limpio”, refiere. En ese tenor, plantea que entonces existía un total desconocimiento de cómo acceder a fondos internacionales para ejecutar proyectos de reducción de gases de efecto invernadero: “La idea fue crear una plataforma para que nosotros pudiéramos identificar proyectos a nivel dominicano, y ayudar a colocarlos en los mercados internacionales de bonos de carbono, tanto en el europeo como en el de Estados Unidos”. En los últimos tres años se han acercado a las empresas más grandes del país susceptibles de entrar en el mercado de bonos de carbono, a fin de que se interesen en la lucha contra el cambio climático y aprovechen las oportunidades del mercado de bonos de carbono. “Muchas de esas empresas tienen proyectos que los quieren ejecutar, pero como no son su primera prioridad los tienen engavetados porque no tienen un financiamiento”, asegura. Entre las empresas con las cuales han trabajado el tema cita a Cervecería Nacional Dominicana, el grupo energético AES Dominicana, la destilería Brugal y el Grupo Vicini. “Estamos hablando ahora con Induveca (Industrias Veganas C. por A.), con Mercasid, el Consorcio Azucarero Central (Ingenio Barahona), y el Central Romana, y empezamos a tocar puertas de la Generadora San Felipe, de Puerto Plata, de grupos de productores porcinos en la zona del Cibao, y de la Comisión Nacional de Energía, para ver los proyectos del Estado que tenían que ver con hidroeléctricas”. Acompañamiento hasta el final Juan Manuel Díaz refiere que algunas empresas no saben que cuando ejecutan un proyecto de sustitución de fuel oil por gas natural están contribuyendo contra el cambio climático ya que el gas natural reduce casi en un 70 por ciento las emisiones de dióxido de carbono (CO2). “Por tanto, esa reducción de emisiones se puede convertir en un proyecto con el cual puede conseguir unos fondos”, asegura. El IDDI, a través de su departamento de Sostenibilidad, ofrece orientación y asesoría a las empresas acerca de cómo conseguir fondos de los mercados de carbono. El acompañamiento va desde la identificación del proyecto, el diseño del perfil, su presentación ante la Oficina Nacional de Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio, formulación del proyecto definitivo, diseño de la metodología, gestión de la validación internacional, presentarlo y registrarlo ante la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, establecer el plan de monitoreo de cómo se van a medir las reducciones de gases de efecto invernadero, hasta gestionar la venta de los certificados de bonos de carbono. “Incluso, hasta podríamos ayudar a buscar financiamiento para que las empresas puedan recibir los fondos por adelantado para ejecutar el proyecto”. Precisa que el pago al IDDI por esos servicios se hace al final, cuando se están comercializando los bonos de carbono, y aclara que si el proyecto no es registrado por los organismos correspondientes no cobran por el trabajo realizado. Sectores susceptibles El director de Sostenibilidad del IDDI y de la plataforma Caribbean Basin Climate Exchange (CBCX) sugiere a los sectores que están haciendo su conversión a gas natural que presenten la iniciativa como un proyecto de reducción de gases de efecto invernadero ante las Naciones Unidas, lo que les proporcionaría recursos adicionales. “El país está entrando rápidamente en la introducción de gas natural en todos los sectores de la economía: industria, transporte y a nivel particular. Está demostrado que el gas natural reduce las emisiones de efecto invernadero, con respecto a otros combustibles, entre un 50 y un 70 por ciento”, expone. Indica que tienen diez proyectos formulados, la mayoría de eficiencia energética: “Con quienes más hemos trabajado ha sido con Induveca y el grupo Mercasid, que van a convertir sus operaciones a gas natural. “Ya lo ha hecho Mercasid aquí, en Santo Domingo, e Induveca lo va a hacer pronto. Nosotros les hemos ayudado a redactar el proyecto y a presentarlo y someterlo dentro del proceso del mecanismo de desarrollo limpio. Están trabajando en esa línea”, cuenta. También están en negociación con diez grandes ganaderos del Cibao, a fin de aprovechar los desechos de las granjas porcinas para la producción de electricidad utilizando el metano, gas con un efecto invernadero mayor que el CO2. Otros campos de aprovechamiento son la sustitución de bombillas de alto consumo por otras de bajo consumo, la reforestación y la conservación de los bosques. TRANSACCIÓN DE EMISIONES El mercado de carbono es un instrumento creado para regular las emisiones de dióxido de carbono que se producen, fundamentalmente, con la quema de combustibles fósiles. Sus modalidades son el mercado regulado y el voluntario. El primero es un sistema de comercio a través del cual los gobiernos, las empresas o las personas pueden vender o adquirir reducciones de gases efecto invernadero, las cuales son certificadas y contabilizadas por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Las reducciones que se experimenten mediante esas transacciones deben ser reales, medibles y verificables. En tanto, el mercado voluntario de carbono fue creado por ciudadanos particulares y organizaciones públicas y privadas, motivados por su responsabilidad en el cambio climático. Mediante la ejecución de un proyecto en un país en vías de desarrollo se compra una cantidad de créditos de carbono proporcional a las toneladas de CO2 equivalente que emite. Las reducciones o absorciones de CO2 generadas por los proyectos son denominadas créditos o bonos de carbono. Sus modalidades son el mercado voluntario puro, que intercambia reducciones de carbono solo a través de proyectos de compensación, y las transacciones que se realizan a través del Chicago Climate Change (CCX), una especie de banco donde se intercambian derechos de emisión y reducciones de dióxido de carbono generadas a través de proyectos de compensación.