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SERVICIOS BIBLIOTECARIOS

Una gran biblioteca, pero con pobre oferta de libros

EL MATERIAL DIDÁCTICO HA IDO MERMANDO, DEBIDO A QUE MUCHOS LIBROS HAN SIDO SACADOS PAULATINAMENTE POR PROFESORES, ESTUDIANTES Y FUNCIONARIOS

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Bethania ApolinarSanto Domingo

La moderna estructura con que cuenta la biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) no corresponde con los materiales didácticos disponibles para apoyar la docencia, los cuales no satisfacen las necesidades demandadas por profesores, estudiantes e investigadores. Gran parte de la bibliografía que posee es innecesaria y muy reciente, sin grandes firmas ni textos fundamentales para el enriquecimiento cultural y educativo de los docentes. La literatura que allí existe no es la que los estudiantes requieren, por lo que muchas veces terminan auxiliándose con el Internet, o en otros centros de estudios. En la UASD siempre ha habido una de las bibliotecas del área del Caribe más ricas en volúmenes de todas las ciencias, y de todas las épocas. Sin embargo, una gran cantidad de esa riqueza cultural ha sido mermada por la desaparición de miles de libros que no se sabe a dónde han ido a parar. La biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) al igual que la institución tiene grandes deficiencias en su funcionamiento y su oferta de material de consulta, así como en la sistematización que facilite su uso a los estudiantes e investigadores. Además de la falta de libros de peso en la biblioteca de la UASD, el ambiente que se respira no es el adecuado para la investigación científica ni para el estudio especializado, como tampoco para una lectura seria. Se los llevanEl servicio que ofrece muchas veces se ve afectado por la incapacidad y la indiferencia de quienes trabajan en ese centro, una evidencia más de que la moderna y millonaria estructura no corresponde con su propia oferta. Según datos ofrecidos a este periódico, cientos de libros han sido sacados paulatinamente por profesores, estudiantes, funcionarios de la institución y otras personas, y nunca han sido devueltos ni se sabe dónde están. Empleados del centro de recursos de apoyo al aprendizaje admiten que allí se sustraen libros como en todas las bibliotecas del mundo, y revelaron que muchos estudiantes se los llevan en sus mochilas, despegando previamente el pergamino el chip de seguridad para que no sea detectado en la puerta de salida. El año pasado la seguridad de la biblioteca detuvo a un estudiante que fue sorprendido lanzando libros por la ventana de uno de los baños de la parte trasera de la edificación. Luego se descubrió que el estudiante había vendido 68 ejemplares a libreros de la avenida Duarte. InconformesEstudiantes que acostumbran a usar los servicios de la biblioteca, se mostraron inconformes con el servicio, tras revelar que muchos de los libros que les asignan sus profesores no aparecen y tienen que recurrir al Internet para completar sus consultas. Asimismo, se quejaron de que una buena parte de las computadoras están fuera de servicio, y lamentaron que la biblioteca no cuente con un programa de mantenimiento para sus equipos. Rosa Díaz, estudiante de término de Medicina, señaló que muchos estudiantes no les sacan provecho al uso del Internet y se dedican a participar en redes sociales, cuando sus compañeros esperan por un espacio. Alexander Méndez, quien cursa el octavo semestre de Contabilidad, dijo que no todos los libros que requieren aparecen y tienen que buscar la información en Internet, práctica que no agrada a algunos profesores. AUTOEVALUACIÓN ADMITE DEBILIDADESEn el informe de autoevaluación institucional que la UASD entregó al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, a propósito de la evaluación quinquenal, resalta que la biblioteca está dotada de recursos tecnológicos de calidad, versatilidad y actualizados, pero reconoce que la academia no cuenta con un programa de mantenimiento de sus materiales didácticos y “tiene la necesidad de disponer de un programa de adquisición de recursos de consulta para reponer a las necesidades educativas”. Agrega que la cantidad, calidad, actualización y pertinencia de los materiales didácticos disponibles en la universidad para el apoyo a la docencia no satisfacen las necesidades demandadas por el profesorado. La autoevaluación indica que la biblioteca Pedro Mir necesita aumentar su personal técnico y especializado, tanto en bibliotecología como en tecnología, y critica el hecho de que su gestión no cuenta con una partida presupuestaria bajo su administración. No obstante, tiene los espacios requeridos para cumplir con la demanda de sus usuarios. El informe señala que los resultados de una encuesta realizada en el marco de la autoevaluación revela que el 78% de sus usuarios manifiesta satisfacción con el servicio. La biblioteca Pedro Mir fue inaugurada por el presidente Fernández en noviembre del 2005 y su remodelación costó 250 millones de pesos y fue equipada con un monto de 20 millones de dólares. Fernández se autoproclamó padrino de la biblioteca, considerada una de más modernas del mundo, por la tecnología de punta y las avanzadas aplicaciones.

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