ENFOQUE

Tierras secas ocupan el 41 por ciento del planeta 

UN TERCIO DE LOS SUELOS QUE SE CULTIVABAN HACE CUATRO DÉCADAS HOY SON IMPRODUCTIVO

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Solange de la Cruz MatosSanto Domingo

La población mundial va en constante crecimiento, junto con la demanda de alimentos, mientras el área que se destina a la producción agrícola va decreciendo por efecto de la degradación de las tierras cultivadas. La preocupación legítima de cómo garantizar alimentación a esa creciente población hizo que se acordara trabajar para enfrentar la pérdida de suelos productivos, mediante la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), de 1994. El pasado 17 de junio, cuando se conmemoró el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en su mensaje por la ocasión, alertó nueva vez acerca de la tendencia hacia la desertificación de las tierras que han servido para la producción de alimentos: “En los últimos 40 años, casi un tercio de las tierras cultivadas del mundo se ha convertido en improductivo”. Y advirtió: “La tensión constante de la sequía, el hambre y el aumento de la pobreza amenaza con generar tensiones sociales, creando a su vez el potencial para la migración involuntaria, el desglose de las comunidades, la inestabilidad política y conflictos armados. De hecho, las vulnerabilidades humana, ambiental y social se unen con fuerza inusitada en las tierras secas del mundo. El cambio climático no sólo exacerbará esas presiones”. La desertificación afecta a más de 110 países, donde cada año se pierden seis millones de hectáreas de tierra productiva y desde los años 80 hasta un quinto de las tierras secas se han degradado. La CNULD define la desertificación como la degradación de las tierras de zonas áridas, fenómeno originado por las actividades humanas y las variaciones en el clima, mientras que la sequía se produce cuando las lluvias han sido considerablemente inferiores a los niveles normales registrados, causando un agudo desequilibrio hídrico que perjudica los sistemas de producción agrícola. Los suelos secos del planeta constituyen el 41 por ciento de la cubierta de la Tierra, y en ellos residen más de dos mil millones de personas pobres y vulnerables. A pesar de esta condición, los mismos representan el 44 por ciento de los ecosistemas cultivados en el mundo y son responsables del treinta por ciento de las cosechas que se consumen. Otro mundo bajo tierra El secretario ejecutivo de la CNULD, Luc Gnacadja, en su mensaje por el Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, se refirió a la tierra no sólo como generadora de alimentos, sino como hogar de numerosos microorganismos, a propósito de que en este 2010 se conmemora el Año Internacional de la Biodiversidad. “Ahora ya sabemos que las especies que viven en la tierra son mucho más abundantes de lo que en un principio se creía. Los microorganismos del suelo constituyen la mayor parte de la biomasa de la TierraÖ Si colocáramos a todos los microbios del suelo en un lado de la balanza, y a todos los animales que viven en la superficie en el otro, los primeros superarían literalmente a los segundos. Esto nos lleva a concluir cuan vitales son sus funciones para poder enfrentarnos mejor a la gestión medioambiental, el cambio climático y el desarrollo del ser humano”. Y destacó los servicios ambientales que esos organismos ofrecen para la preservación de la vida sobre el planeta, entre ellos transformar el carbono. “La diversidad biológica del suelo de esas zonas desempeña un papel decisivo en la transformación del carbono atmosférico en carbono orgánico: las tierras áridas son la mayor reserva de carbono orgánico del planeta”. Gnacadja cita que otros servicios que proporcionan al ecosistema los microorganismos que viven en la tierra son la fijación de nitrógeno, el control de los procesos de descomposición y de plagas, la polinización, la retención de humedad del suelo, el drenaje, reciclaje de residuos y regulación del clima. Advierte que la degradación del suelo y la desertificación presagian la muerte gradual de la compleja red de su biota, y que la desaparición de una sola especie puede ser devastadora. Causas de la desertificación En un informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se indica que la desertificación es causada por una combinación de factores que cambian con el tiempo y varían de acuerdo al lugar. Entre esos factores citan el uso no sostenible de los escasos recursos naturales por parte de los usuarios de la tierra en el nivel local, y la carencia de la infraestructura de apoyo, que contribuye en gran medida a la degradación de la tierra. También se refiere a los incendios frecuentes e intensos, los que pueden contribuir significativamente a la desertificación, y a las políticas destinadas a sustituir el pastoreo por cultivos sedentarios, lo que puede contribuir a la desertificación debido a que la mayoría de las áreas de tierras secas (el 65%) son más adecuadas para el pastoreo sostenible que para el cultivo. Otros fenómenos a los que se hace referencia son la globalización y los regímenes de comercio mundial: “Muchos procesos actuales de globalización amplifican o atenúan las fuerzas impulsoras de la desertificación al eliminar barreras regionales, debilitar las conexiones locales y aumentar la interdependencia entre las personas y entre las naciones... Los regímenes de comercio mundial y las políticas de los gobiernos vinculadas a ellos influyen significativamente en la producción de alimentos y en los patrones de su consumo, afectando directa o indirectamente la resiliencia de los ecosistemas de las tierras secas”. http://www.greenfacts.org/es/desertificacion/l-3/4-causas-agricultura.htm

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