INMIGRANTES
Presencia de extranjeros le da color al pueblo de Sosúa
AQUÍ SE PLANEA CONSTRUIR UNA IGLESIA CATÓLICA ORTODOXA EN TERRENOS DONADOS POR UN RUSO
De acuerdo a Arismendy Medina, ex síndico de Sosúa, son muy pocos los países del mundo que no estén representados en el municipio que en 1941 albergó a familias judías con anuencia del dictador Rafael Leonidas Trujillo. El lugar donde se asentó la población que huía del fascismo, conserva y cultiva sus venas religiosas en la sinagoga abierta en Sosúa y muestra al público sus orígenes en el Museo de los Judíos amparado por Germán Straus, empresario que pisó la Costa Norte siendo niño. La encargada actual es Ivonne Straus. Con el paso del tiempo, otras personas provenientes de distintos costados del planeta se enamoraron de Sosúa y han establecido allí su cultura, desarrollado el comercio, planes sociales, creencias, y formas de vida. Una muestra es la diversidad de idiomas que se conversa en la calle y específicamente en El Batey, la parte que concentra el sendero hotelero, restaurantes, galerías de arte y establecimientos donde se abastecen y divierten residentes y turistas, fácilmente te saludan con dos besitos, uno por mejilla. De territorio pequeño, mar azulísimo y olas altas, Sosúa es una localidad costera donde convergen decenas de nacionalidades. El escritor Ramón Holguín, del Taller de los Jueves, asegura que Alemania, Portugal, Francia, España, Rusia, Austria, Autralia, Cánada, Filipina, Suiza, Japón, China y todas las naciones de América Latina están representadas en el municipio de 276, 89 kilómetros cuadrados de superficie. Ubicada a 25 kilómetros de Puerto Plata, en este nido multicultural cada población impulsa su acervo religioso. Aparte de la comunidad judía, la católica y la cristiana (los Mormones no tienen templo aquí), se planea construir una Iglesia Católica Ortodoxa, en terrenos que posiblemente donará el ciudadano ruso Sergey Trofimov, dueño del complejo Sosúa Ocean Village. El proyecto comenzó a edificarse en 2007 y ya cuenta con residencias de estilo victoriano, lotes para casas privadas, spa, una franquicia de Gold Gym, Casa Club, apartamentos, bares, kiosko para actividades sociales, piscina de natación, parque seco infantil y una tentadora piscina salada que da la impresión que desemboca en el Atlántico. Amplia y confortable, la propiedad conocida como “Villa de los Rusos”, posiblemente será el lugar donde se levante el templo católico ortodoxo. Según Aleksey Tokmakov, asesor legal del proyecto, la gerencia ha recibido una carta de intención de la organización religiosa diligenciando la donación. El Samaritano En Italia nació pero en Canadá se nacionalizó Elio Madonia, un señor cristiano evangélico que instituyó en Sosúa la fundación El Samaritano. En la organización cuenta con el apoyo y la militancia de Juan Arismendy Medina, (actual regidor electo), quien hace 23 años, siendo síndico, apoyó la construcción de Villa Maranatha, el primer proyecto habitacional (con 25 casas inicialmente) destinado a familias en extrema pobreza. Hace ventitrés años, recuerda Medina, le solicitaron apoyo a Madonia para levantar 25 casas y aportó los recursos para cincuenta. Actualmente llevan nueve proyectos construidos los cuales le han proporcionado techo a cerca de mil familias pobres. Madonia, filántropo extranjero que declara “hacemos lo que tenemos que hacer donde quiera”, es, al igual que Medina, siervo y dirigente de las Asambleas de Iglesias Cristianas, dedicadas a ensalzar la fe y trabajar con la gente más necesitada. Medina informa que para asignar las viviendas hacen una evaluación de cada familia. “Hemos sacado a mucha gente de la orilla del río. Aparte de las clases hemos construido alrededor de diez iglesias, cinco colegios e igual cantidad de dispensarios médicos”, informa. Los espacios residenciales tienen nombre bíblicos como Villa Maranatha, la primera; Villa Bethania, Trinidad, Nazaret, Asención, Esperanza, Redención, Enmanuel y Paraíso. Villa Esperanza está en Los Algodones y Villa Asención en Montellano, Puerto Plata. Sin apoyo del Estado, la directiva de la Fundación El Samaritano ha ofrendado el hogar físico a casi mil familias en el municipio donde habitan aproximadamente 48 mil personas. Elio Madonia, quien cubrió con su patrimonio la totalidad del costo de la primera villa y motoriza donaciones desde distintos países, asegura que la mayor cantidad de personas solidarias con los planes habitacionales de El Samaritano proviene de Canadá, Estados Unidos, Inglaterra e Italia. Sin estar atado a ningún préstamo, la organización, certifica Arismendy Medina, compra los terrenos donde abre las calles y levanta las columnas del proyecto. El equipo de LISTÍN DIARIO visitó, a dos kilómetros del centro de Sosúa, Villa Paraíso, donde aparte de casas, construyen una iglesia, una escuela y dispensario de salud. Elio Madonia desembarcó en Sosúa en 1987. Tiene ocho hijos e hijas y 22 nietos y nietas. “República Dominicana me gusta no sólo el país y su gente buena, sino porque aquí estoy haciendo la voluntad de Dios”, refiere quien había programado vivir la última parte de su vida en Florida donde tiene una casa amplia con piscina. Sonríe al decir que el destino le colocó en el Caribe donde vino por una semana y han pasado más de dos décadas.