LABORIOSIDAD
Mujeres narran sus vivencias al volante
DEFIENDEN EL SERVICIO QUE OFRECEN CADA DÍA DURANTE 14 Y 18 HORAS EN LA CIUDAD
Un rostro que irradia esperanza iluminado por una mirada agotada y una constante lucha por detener las lágrimas. Carina Minaya, de 31 años de edad, es una de esas valiosas mujeres que imponen su valentía y el deseo de salir adelante manejando un taxi en la ciudad capital desde hace cinco años. Minaya cuenta en entrevista para LISTÍN DIARIO que aprendió a manejar hace 10 años porque vendía prendas y tenía que trasladarse a diferentes lugares, por lo que compró un carro y se dedicó a la venta, pero más adelante la situación se puso difícil y quedó sin trabajo. “Cuando me vi sin trabajo iba a alquilar el carro, pero reflexioné que me podían maltratar mucho el vehículo, averigu¨. en una compañía de taxis los requisitos del trabajo e inicié hasta que consiguiera algo mejor, pero no he tenido la oportunidad”, precisó. La taxista dijo que trabaja de 7:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche y si no le va bien extiende la labor por otras dos horas. Manifestó que nunca ha sentido temor. “Lo primero que hago antes de salir de casa es encomendarme a Dios, me siento confi ada”, explica la osada mujer, quien relató que lo peor que le ha pasado fue quedarse en el elevado de la avenida John F. Kennedy con Winston Churchill, donde se le apagó el carro y tuvo que agacharse debajo del vehículo para arreglarlo. Añadió que una anécdota que nunca olvidará fue cuando inició el trabajo de taxista y recorrió la capital entera con una señora, porque no conocía el nombre de las calles. Ambiente laboral“Mis compañeros de trabajo son muy machistas, me atacan, todo lo que hago se lo encuentran malo, pero eso no me limita a seguir trabajando”, precisó. “Trabajo muy alegre aunque mi situación no lo sea, en la base de la compañía me dicen que siempre estoy contenta. Le pido a la vida ser feliz, vivir tranquila. No creo que la vida que llevo lo sea, a veces estoy almorzando y me llaman por el celular y por necesidad tengo que salir a buscar el servicio”, agregó. Relató que sus padres murieron hace nueve años y desde entonces está sola, pero anhela ser feliz, criar a sus hijas y poderles dar una casa propia. EstudianteEsta admirable mujer, soltera y madre de dos niños, relata que actualmente está haciendo su monográfico para graduarse en Contabilidad en la Universidad Dominicana O&M. Su deseo es tener un puesto aun sea como pasante para comenzar a trabajar en el área de la contabilidad. “He ido a muchos lugares a solicitar como pasante y nada, me piden experiencia, no me dan la oportunidad de iniciar porque no tengo referencias. Mi pregunta es, ¿a ellos no le dieron una oportunidad de comenzar?”, refiere. En su oficio, dice que es muy raro ver a mujeres trabajando, aunque en el trasporte urbano es más común encontrar a una fémina al volante. En el conchoUna mujer sinónimo de entereza y gallardía es Esmeralda de los Santos Mora, de 37 años, chofer de la ruta de carros Pintura- 27 de Febrero, quien cuenta que aprendió a manejar hace dos años y medio, de los cuales dos años ha estado conchando en la referida vía. De los Santos revela que antes tenía un pequeño samáslón de belleza que tuvo que cerrar por los “apagones”, luego vendía ropa y zapatos, pero el negocio no fue rentable y decidió conchar. “Me siento orgullosa de poder hacer lo que la sociedad cree que las mujeres no pueden hacer, trabajo de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, es mucho trabajo pero enfrento la vida con osadía, porque tengo necesidades económicas que debo suplir, tengo tres hijos que mantener y mi padre depende de mí”, sostuvo. Relata que lo peor que le ha pasado sucedió en la avenida Tiradentes, donde se le apagó el carro y le pidió a un agente de Amet que la ayudara. El agente respondió que él no estaba en la calle para ayudar y en cambio le puso una multa porque alegó que ella estaba obstaculizando el tránsito. SIENTE ALGUNA DISCRIMINACIÓN“No me siento discriminada aunque algunos hombres quieran hacerlo. Algunos pasajeros cuando me piden parada lo hacen con prepotencia y en algunas ocasiones exclaman: ‘Esto no es trabajo para mujeres, dedícate a labores del hogar’”., expresa Esmeralda De los Santos. Dice que estas críticas la motivan más y redobla los esfuerzos para demostrar que sí puede ser chofer de carro público. Manifestó que el ambiente laboral es muy bueno, y que su jefe es una excelente persona. Trabajo duro –añadió– con el objetivo de poner mi centro de belleza nuevamente en mi casa y así dedicarle más tiempo a mis hijos. Máximo Núñez, presidente de la Asociación de Propietarios de Carros 27 de Febrero (Asoprocavete), informó que en ese sindicato hay siete mujeres trabajando y 664 hombres. Las quejassamás comunes que recibe de las mujeres son los maltratos de los pasajeros, aunque a veces las elogian. “No se excluye del trabajo a ninguna mujer por su sexo. La asociación tiene reglas que sostienen que debe haber respeto entre los compañeros, en caso contrario se sanciona o se multa” agregó. Dijo que por cada día de trabajo se ganan entre 700 y 800 pesos, pero que el negocio no es muy rentable. Socorro Monegro, coordinadora de Mujeres Transportistas y Comunitarias, sindicato que involucra a propietarias, cobradoras y conductoras de vehículos, señala que la organización lucha en defensa de los derechos, reclamos de las necesidades y aplicación de medidas que contribuyan a la formación de las mujeres asociadas. “La sociedad sigue manteniendo patrones que limitan el acceso de mujeres, pero estas se están imponiendo con trabajo y voluntad”, señaló.