ENFOQUE

La alianza con PRSC y aliados favorece perspectivas del PLD

CUIDADO. A AMBOS PARTIDOS LES CONVIENE "ENAMORARSE" MUTUAMENTE

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José Rafael VargasSanto Domingo

Santo Domingo.- La renovación de la alianza política del PLD con el Partido Reformista y demás fuerzas aliadas, se percibe hoy como una realidad que a futuro, fortalece las perspectivas electorales de la organización oficial, creando un escenario completamente diferente al que existió con ocasión de la integración de la Alianza Rosada. El PLD está compelido a repetir la victoria del 2006, cuando obtuvo 22 senadores, o al menos lograr una votación que permita superar los 20 senadores, lo que le permitiría desarrollar una estrategia basada en la inteligencia política, que lo catapulte a continuar en el poder en el año 2012. De manera que de alguna forma, las elecciones del 2012 dependerán de lo que pase en el 2010, y de esto están conscientes los altos dirigentes del PLD. Las encuestas que se conocen hasta el momento, apuntan a una nueva victoria del PLD y sus aliados, siempre que se manejen con la inteligencia y la prudencia necesaria. Hay quienes, no obstante, no alcanzan a ver ese punto de mira y desarrollan la angurria de rechazar la alianza, sin darse cuenta que hay muchas comunidades donde el PLD perdió las elecciones por 300 y 500 votos, y en otras ganó por el respaldo de los pequeños partidos aliados. De manera que en los últimos procesos electorales, las alianzas electorales son importantes, porque 200 votos pueden ser la diferencia. Nobleza obligaPara el PLD, y especialmente para el presidente Leonel Fernández, en esta ocasión la nobleza obliga, porque sería una magnifica oportunidad para ayudar al PRSC a recuperarse, y de paso reciprocarle el apoyo recibido en 1996, lo que permitió el ascenso al poder del partido fundado en 1973 por el profesor Juan Bosch. Esa ha sido la tónica en los últimos meses del presidente Fernández, la reunificación del PRSC, y para ello se ha propuesto un pacto electoral, que le permitirá al partido colorao recobrar los estímulos y luchar por alcanzar una votación de 10%, conservando algunos de los senadores y diputados que tiene, lo que lo colocaría en una posición ventajosa para el año 2012. Esto abriría la puerta para un escenario ideal para el reformismo, pues le permitiría participar solo en esas elecciones, terminando la vocación de partido bisagra y caminando a una etapa nueva, siempre que logre alcanzar un nivel cercano al 15%. Ese sería un porcentaje altamente beneficioso, tanto para el PRSC como para el PLD, que de nuevo repetirían la alianza de segunda vuelta. En un cuadro como ese, sería casi imposible derrotar a esas dos fuerzas, que a su vez tienen hoy el apoyo de la fuerza moral que representa la FNP y el Dr. Vincho Castillo, la Alianza por la Democracia, el Bloque Institucional Social Demócrata -BIS, la UDC de Luis Acosta, el Partido de los Trabajadores Dominicanos, el Partido Demócrata Institucional, PDI, el Partido Renacentista y otras organizaciones emergentes. Entre peledeístas y reformistas hay un vínculo histórico, afianzado con la decisión del Dr. Joaquín Balaguer y el profesor Bosch de consagrar el Frente Patriótico. Las dos fuerzas juntas constituyen una maquinaria política-electoral difícil de vencer, porque es sabido que los perredeístas no votan por el reformismo y viceversa. Las fuerzas que más sintonizan son las del peledeísmo y el reformismo, y ese es un vínculo que se da en la práctica, al margen de las malquerencias individuales, de las luchas de intereses y de las voces aisladas que se oponen. Hoy el PRSC ha reducido su espacio electoral, pero hay un sentimiento balaguerista en gran parte del territorio nacional, que bien conducido podría representar entre 5 y 10 por ciento, que en un escenario electoral competido, resultaría altamente provechoso para una alianza electoral. Vigencia reformistaHay provincias donde el reformismo sigue teniendo una presencia notable, como son los casos de La Altagracia, Santiago, Puerto Plata, Elías Piña, Duarte, Espaillat, Samaná y Sánchez Ramírez. Allí hay dirigentes que mantienen su arraigo y simpatía, sobre todo porque conservan posiciones públicas en el Estado, como son los casos de Amable Aristy Castro, Prim Pujals, Amílkar Romero, Adriano Sánchez Roa y José Enrique Sued. Este último aspira a repetir como síndico de Santiago, conservando una gran simpatía, según las encuestas, aunque con serias diferencias con la dirigencia local del PLD. Al Partido Reformista no le conviene irse solo a las elecciones del 2010, porque alcanzaría muy pocas posiciones congresionales y municipales, y esa situación sepultaría la aspiración de los actuales dirigentes de relanzar la organización. Pero rechazar la alianza sería un contrasentido para el PLD, porque pudiera perder muchas posiciones por la falta de esos votos y de otros grupos aliados, y porque le abriría el camino a la oposición que encabeza el PRD para que acerque a esos grupos minoritarios, que entonces se convertirían en enemigos implacables del partido y del gobierno que los rechazó. De manera que en lo adelante, al PLD, y sobre todo a sus altos dirigentes, les corresponderá actuar con mucha cautela e inteligencia, porque en el actual escenario se necesitan ambos. Hay gente orgullosa en el partido oficial, que se creen que el poder es para siempre y se olvidan que los reformistas y demás aliados, de alguna forma, fueron parte esencial de las tres victorias alcanzadas. Contrario a las declaraciones públicas imprudentes que se han estado dando a la prensa, lo que corresponde a ambas organizaciones es tener un mayor vínculo, enamorarse mutuamente y trabajar juntas, porque el presente y el futuro dependerá de cómo se manejen y construyen los escenarios electorales. El PRD, con sus guerras internas permanentes, les está posibilitando marchar sin mayores contratiempos a las elecciones del 2010. Pero el orgullo particular y grupal no puede ser la respuesta en ningún caso. Los reformistas y los aliados ahora son más necesarios que nunca, porque el peso de la crisis internacional se mantiene, y aquí hay problemas no resueltos, que alguna repercusión tendrán en las elecciones. El PRSC tiene dirigentes que, juntos, pueden representar un caudal de votos importantes. Es el caso del síndico Walter Musa en Puerto Plata, de Prim Pujals en Samaná, de José Enrique Sued en Santiago, de Amable Aristy Castro y su hija en Higüey, de José Hazim en San Pedro de Macorís, por solo mencionar algunos de notable incidencia. Rechazar esa militancia sería un contrasentido. Demasiado tiempo ha durado la negociación entre los dos partidos. Hay gente en ambos partidos que están abriendo una brecha peligrosa, incomprensible y poco inteligente. El partido de gobierno necesita mantener y ampliar su alianza y su vínculo, darle el tratamiento justo y respetuoso que se merecen.

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