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Grandes clásicos del cine: "El doctor Frankenstein"

La primera versión cinematográfica de la valiosa novela de la escritora inglesa Mary Shelley es comentada

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Rienzi Pared PérezSanto Domingo, RD

A veces pensamos que para ser una estrella de cine, hay que tener un rostro fácil, dotes de caballero o la hermosura de una dama: galanes o beldades.

Sin embargo, existe un personaje que fue hecho de retazos de cadáveres, con un cerebro anormal y una fisionomía estrambótica.

A pesar de todo lo anterior, ha sido una figura emblemática en la historia del séptimo arte: el Monstruo de Frankenstein.

Carl Laemmle, Jr., ejecutivo de la Universal Pictures, decidió adaptar a la pantalla una obra de teatro basada, a su vez, en la obra literaria de Mary Shelley - escrita a principios del siglo XIX- con la finalidad de crear una historia de impacto desde el punto de vista técnico como narrativa en su historia.

Ese filme es “Frankenstein” y su dirección recayó en James Whale. Fue estrenado en noviembre del 1931.

El Dr. Henry Frankenstein (Colin Clive), con la ayuda de su sirviente, construye un cuerpo con retazos de cadáveres con la finalidad de crear vida. Se cree Dios.

Llevará a cabo su experimento en su laboratorio, y arma todo su arsenal en una noche de tormenta para elevar a las alturas el cuerpo sin vida para que lo alcance un rayo, y así crear vida.

El doctor previamente le dice a su ayudante que vaya a buscar a la facultad de ciencias de la Universidad un cerebro, sin embargo, por los azares del destino, el ayudante toma un cerebro que dice en el frasco “anormal“, desde ahí vemos que con esto las cosas no terminarán de nada bien.

El monstruo es extrañamente espantoso y grotesco. Es una criatura que no puede controlar sus instintos; no conoce la diferencia entre el bien y el mal.

Asesina y destruye todo a su paso por lo que los habitantes de la comarca le buscan para acabar con él. Esta criatura pudiera representar los antivalores del ser humano.

Hay que destacar el gran trabajo de maquillaje para poder transformar al actor Boris Karloff en este personaje.

El maquillista era Jack Pierce, uno de los mejores de la industria del cine y que ha pasado a ser reconocido por su gran trabajo en piezas de terror. Las largas horas que se necesitaban para este milagro de la transformación fue eco de todos los periódicos de la época.

El éxito logrado contribuyó para que se hiciera una secuela, “La Novia de Frankenstein“ (1935), iniciando el comienzo de una saga para los amantes del cine de terror.

A raíz del estreno, el actor Boris Karloff recibía cartas de admiración por su trabajo –incluyendo niños– ya que todo el mundo tenía compasión por el monstruo y no repulsión como debiera haber sido.

La Universal Studios siguió desarrollando este género y utilizó al director James Whale al frente esta, por destacarse en este género.

El monstruo de “Frankenstein”, se ha convertido en un símbolo de lo malo y del terror, pero querido y amado por todos.

1) La película es breve. Dura setenta minutos, sin embargo, se aprovecha lo suficiente para poder desarrollar la trama.

2) La primera opción para encarnar al monstruo era el actor Bela Lugosi que venía de realizar Drácula. Sin embargo, lo rechazó porque la gente no lo iba a reconocer debido a gran cantidad de maquillaje que llevaba la criatura.

3) En su lugar se escogió al actor inglés Boris Karloff que se había iniciado en la Gran Pantalla en el 1919. Este personaje lo convertiría en el mejor protagónico de su vida . 4) La cinta ha sido parodiada muchas veces siendo la más famosa “El Joven Frankenstein“de Mel Brooks en 1974.

5) Muchas personas se confunden al llamar al monstruo Frankenstein, pero ese es en realidad el nombre del doctor, su creador.

6) El productor Carl Laemmle Jr. ofreció a James Whale un total de 30 adaptaciones cinematográficas para dirigir. James escogió esta por alejarse del tema bélico con el que se le había asociado hasta entonces. Whale ahora es recordado por esta mítica adaptación cinematográfica.

7) La escena en el cual se encuentra el monstruo con la niña es una de las más famosas del cine. Tanto así, que sirvió de inspiración al director Víctor Erice para su “El Espíritu de la Colmena” en 1973.

8) En 1991, fue seleccionada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos para ser preservada en el National Film Registry.

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