Desde la última butaca: "Radioactive"
A veces el crítico exagera. Olvida la impronta emocional del cine. Es solo eso. La vara subjetiva siempre se impondrá a la hora de juzgar. Aunque el acercamiento a la verdad a veces da en la diana. Hay cintas que saben converger por su nivel de realización o por el estilo de sus directores.
Otras lo son a partir de la fidelidad a una obra literaria, siempre y cuando le incluyan elementos propios, ignorando la anécdota del libro.
A este último grupo pertenece “Radioactive”, filmada en Londres por la directora franco-israelí Marjane Satrapi, conocida por Persépolis (2003), Pollo con ciruelas (2006) y The voice (2015), entre muchos otros.
Aquí parte de un texto literario sin seguir esquemas letrados. Hizo cine. Logró una puesta en escena profesional donde la cinematografía y las actuaciones complementan una banda sonora remarcable.
Que se le exija a Satrapi más ciencia que humanismo, es otra historia.
Fue fiel a la novela, pero no la copió. Logró construir un ser humano con luces y sombras; valiente, luchadora y emblema de su tiempo.
La historia recrea la vida privada de Marie Curie. Vemos a una mujer sin uniforme científico. Luchó para ser respetada en el mundo científico de la época: Fue capaz de enamorarse sin medir las consecuencias, cometer errores y batallar como pudo en medio de condiciones tendentes a encajarla dentro de un estereotipo.
La Madame Curie de Satrapi tiene vanidad, conoce sus límites. El guion persigue a una científica con buen gusto y sobriedad. No creo que “Radioactive” sea una mezcolanza de estilos y ritmos, “que termina por parecer un retrato apresurado de Marie Curie”. Es, ante todo, una visión personal a partir de una obra literaria. Eso sí: con mucho oficio.
Ficha técnica País: Reino Unido. Año: 2020. Duración: 11o minutos. Dirección y guion: Marjane Satrapi. (Basada en la novela de Lauren Redniss). Reparto: Rosamund Pike, Sam Riley, Anya Tayor-Joy t Abeurin Barnard. Sinopsis: Una visión más humana que científica de Marie Sklodwska-Curie, su relación con su esposo y el rechazo que sufrió como mujer a pesar de haber ganado en dos ocasiones el Premio Nobel de Química.