El metodo

Antes de “El método”, el argentino Mar­celo Piñeyro alcanzó celebridad al lle­var al cine la novela de Ricardo Pligia “Plata quemada”. La cinta parte de la pieza dramáti­ca “El método Grönholm” del español Jordi Galcerán Ferrer que ha sido con posterioridad llevada al teatro dominicano.

Su guion propone un imaginario “reality show” la­boral, donde siete personajes aspiran a un puesto de trabajo y tienen que eliminarse entre ellos dentro de un espacio cerrado, cada uno frente a un ordenador, hasta que quede un solo ganador. Dentro del grupo se ha infiltrado un “topo” de la empresa.

La lucha de contrarios, el juego de disfraces, la in­genuidad y la simulación oportuna son conductas hu­manas que Piñeyro sabe llevar de la mano hasta lo­grar un final impactante, propio de la resistencia psicológica y la intuición de los dos finalistas.

El filme es un canto a la deshumanización dentro de un tipo de sociedad donde el talento, la destreza y los valores personales quedan relegados a una burda competencia. La denuncia transcurre entre el humor y el sarcasmo y, en la mayoría de los casos, se alcanza un discurso cinematográfico sincero, que no oculta ni presagia, sino expone. La cámara funciona como una nueva alternativa de los personajes para sacar la doci­lidad profesional de cada quien dentro de un espacio cerrado, donde los primeros planos se combinan con tomas colectivas y expresiones espontáneas. No, no es una cinta perfecta, a veces la trama se complica y los argumentos se quedan en las ramas. Pero sí es un pro­ducto destinado a los que aman el auténtico cine.

Un reparto de lujo se encarga de los aciertos inter­pretativos, encabezado por los siempre efectivos es­pañoles Eduard Fernández y Eduardo Noriega.

Ficha técnica

Dirección: Marcelo Piñeyro. Países: España, Argen­tina e Italia. Año: 2005. Duración: 120 min. Repar­to: Eduardo Noriega, Najwa Nimri, Eduard Fernán­dez, Pablo Echarri, Ernesto Alterio, Carmelo Gómez, Adriana Ozores, Natalia Verbeke. Guión: Mateo Gil y Marcelo Piñeyro; basado en la obra “El método Grön­holm” de Jordi Galcerán Ferrer.