Mozart y Salieri: Un sentimiento peligroso conocido como envidia
El nombre de Wolfgang Amadeus Mozart es sinónimo de genialidad. Su grandeza como compositor ha sido fuente de inspiración para muchos que le sucedieron a raíz de su muerte prematura. El genio, el hombre, el individuo (con virtudes y defectos), fue lo que motivó a Milos Forman a realizar una película que destaque su vida y difunda parte de su obra como toque celestial para enriquecer el alma.
El filme, estrenado en 1984, cuenta con un reparto de primera línea con Tom Hulce (Mozart) y F. Murray Abraham (Antonio Salieri). Este último obtuvo el Oscar como Mejor Actor Principal de ese año.
La trama muestra a Salieri en un sanatorio evocando su condena espiritual por el remordimiento de haber matado en vida a quien era su rival, Wolfgang Amadeus Mozart. A partir de ahí transcurre el relato paralelo de Salieri contra Mozart y de cómo el joven compositor obtiene la grandeza del genio dotado por Dios hasta su azarosa muerte. Esta vida es narrada por Salieri quie, al mismo tiempo, fue su gran admirador y su principal enemigo.
El cine como expresión del arte puede tomar un relato, una obra literaria o un evento histórico y reseñarlo; pero también le da la libertad al cineasta a jugar con la imaginación. Es precisamente en esta obra donde el director demuestra una rivalidad permanente. La puesta en escena es excelente y escuchar lo mejor de las partituras de Mozart son deleites al más alto nivel auditivo. La cinta se inspira en una obra de teatro escrita por Peter Shaffer que él mismo adaptó para el cine, junto con Milos Forman.
Entre ambos protagonistas existe un hilo conductual: el amor por la música. Uno dotado con la inteligencia intuitiva que permite que las notas musicales salgan por sus poros; un joven superficial, arrogante, cargado de una risa burlona. Por otro, Salieri se esfuerza por llegar a la excelencia sin poder lograrlo, llegando incluso entregar su castidad a Dios contar de ser lo mejor de lo mejor. Ahí está la paradoja de su vida.
Como telón de fondo de la obra se retrata la grandeza de una ciudad como Viena, aficionada a la música clásica y a la conquista de la fama. Y dentro de ella contrapuntean dos hombres. Uno palideciendo y llevando una vida mundana cargada de vicios y desenfrenos, mientras el otro va derrumbándose espiritualmente acusándose de la muerte de ese joven a quien admiraba al extremo, y del que siempre quiso ser como él.
La dirección artística es adecuada a la época y la cinematografía se ufana de luces naturales. Ambas tecnologías permiten disfrutar una verdadera obra de arte.
Aunque existen elementos que no se corresponden con la verdad histórica, lo importante a destacar es la difusión de una música que encanta y gusta, junto a la vida de un personaje que afirma de sí mismo: “Yo soy vulgar; pero les aseguro que mi música no lo es”. Ahí radica el eje central de esta maravillosa obra que marca a una generación, sobre la obra de un individuo que no tuvo una vida satisfactoria a lo personal; pero dejó su legado en notas musicales que se convierten en la perfección musical. En lo divino y sublime..
CURIOSIDADES:
1. La película fue rodada en 1983 en Praga, cuando Checoslovaquia estaba bajo un régimen comunista. El equipo de rodaje era frecuentemente seguido por la policía secreta.
2. Recibió 11 nominaciones de las cuales ganó 8 Premios Oscar, incluyendo Mejor Película; Mejor Director y Mejor Actor Principal.
3. Tom Hulce dedicaba cuatro horas al día en tocar el piano durante el rodaje, para practicar y resultar más convincente en pantalla.
4. El vestuario y el maquillaje están inspirados en bocetos de las óperas de la época.
5. En la forma de escribir su música, los expertos creen que Mozart tenía en su mente toda la obra completa, definida nota por nota. Así es reseñada en la película.
6. La representación de Don Giovanni se filmó en el mismo escenario en el que se estrenó la ópera por primera vez.
7. El filme resultó una joya de la cinematografía donde, tanto la crítica y el público, la han catalogado de excelente.