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‘Tenet’: La esperanza económica de los cines

John David Washington («Infiltrado en el KKKlan») es el protagonista de esta historia de espías con un evidente trasfondo apocalíptico.

Christopher Nolan y los principales protagonistas de su nueva película

Tomado de OKDIARIOMadrid, España

Una trama cerebral y torcida a partir de varias lecturas visuales, donde li­nealidad temporal salta definitivamente por los aires son algunos méritos de la nueva película de Christopher Nolan que a partir de hoy se estrena en varias salas del mundo, producida por los estudios Warner.

Un ritmo trepidante y espec­tacularidad en cada secuencia convierten al filme en un poten­te artefacto cinematográfico que aturdirá y deleitará a sus segui­dores por igual. En ‘Tenet’, su un­décimo largometraje, el director británico vuelve a demostrar que lo lúdico no está reñido con lo conceptual.

La idea central no es nueva, la relatividad temporal y los flujos narrativos inversos están presen­tes de uno u otro modo en otras de sus películas, como ‘Memen­to’, ‘Origen’ o ‘Interstellar’.

Tal vez un espectador amante de la física cuántica pueda certi­ficar hasta qué punto encajan las ideas que lanza Nolan sobre uni­versos paralelos, tiempo inverti­do, entropías y algoritmos, pero finalmente eso tampoco importa

tanto, pues todo está al servicio del espectáculo. Es importante tener esto claro para disfrutar plenamente de la experiencia cinematográfica.

John David Washington («In­filtrado en el KKKlan») es el pro­tagonista de esta historia de es­pías con trasfondo apocalíptico. Como un James Bond un tanto taciturno y menos seductor y con la ayuda de Robert Pattin­son recorrerá el mundo con el fin de detener la hecatombe, só­lo que para ello tendrá que via­jar en el tiempo.

‘Tenet’ es la palabra clave que le abrirá puertas, y como palíndro­mo, es también un símbolo de esa idea central del filme, la posibilidad de recorrer el tiempo de adelan­te hacia atrás y viceversa. Los otros dos personajes clave son los que in­terpretan Kenneth Brannagh, un traficante de armas en el lado os­curo de la ecuación, y su esposa, una lánguida marchante de arte sometida por el tirano, que cobra vida gracias a Elizabeth Debicki, la próxima Lady Di de ‘The Crown’.

El desarrollo de persona­jes queda en un segundo plano ante la insólita peripecia argu­mental, si acaso todos ellos po­drían parecer lastrados por un pesimismo existencial que tam­bién es marca de la casa. Pero la acción trepidante y el espec­táculo están garantizados des­de la escena de apertura, los prolegómenos de un concierto en la ópera de Kiev, con el pú­blico aún tomando asiento y los músicos afinando, que funciona como espejo de la propia sala de cine, sólo que en la pantalla suce­de algo inesperado que obliga al espectador a abrir bien los ojos y empezar a hacerse preguntas.

El ejercicio imaginativo es ex­traordinario y ofrece un aliciente añadido al puro cine de entreteni­miento. Nolan reta al espectador, le invita a cuestionarse sus cer­tezas y a mirar la realidad de un modo diferente.

Eso sí, sus detractores podrán se­guir acusándole de grandilocuente y efectista, de saturar al espectador con información o de ser dema­siado cerebral y poco emocional -cuando lo intenta, especialmente a través del personaje de Debicki, no resulta muy convincente-.

La industria del cine tiene pode­rosas razones para haber deposita­do en Nolan sus esperanzas de re­vitalizar la taquilla en estos tiempos de incertidumbre y salas vacías.

‘Tenet’ iba estrenarse inicialmen­te el 12 de julio pasado y ha sufrido dos aplazamientos, pero finalmen­te llega mañana a más de 30 países por el empeño del propio cineasta y de su distribuidora Warner, que confían en abrir camino a otras su­perproducciones. Su anterior pelí­cula, ‘Dunkerque’, superó los 526 millones de dólares de recauda­ción y el récord lo tiene con la terce­ra entrega de Batman, ‘El caballero oscuro: la leyenda renace’ (2012) que alcanzó los 1.081 millones en todo el mundo.

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