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DESDE LA ÚLTIMA BUTACA

Boon Joon-ho, Palma de Oro en Cannes, 2019.

Su nombre resuena con voz propia. Su catálogo lo integran siete largometrajes de ficción. Su cine es comercial, no nos engañemos. Pero en cada una de sus películas va una parte importante de su creatividad. Se ha propuesto un discurso cultural distinto, multigenérico y simbólico, donde la tragicomedia, el thriller, el terror y la crítica social, señorean.

Él acaba de ganar la Palma de Oro en Cannes 2019 con un filme no estrenado aún, “Parasite”. Esto no es óbice para apuntar la madurez de este maestro de la imagen de 49 años, nacido en la ciudad de Daegú, graduado de sociólogo y egresado de la Academia Coreana de Artes Fílmicas, en 1990.

Su ópera prima, “Barking dog never bite” (1994), si bien no fue un éxito de taquilla, permitió conocer a un director original, con mucho que decir, y mano firme detrás de la cámara. La cinta relata una historia insólita: un joven asesino en serie de perros domésticos se enamora de la dueña de una de sus próximas víctimas. Esta sátira social quedará como un proyecto cultural donde las casualidades pueden desviar el rumbo de una vida hasta el punto de rectificar rumbos indebidos.

“Memories of murder” (2003), fue un éxito comercial, y de crítica que lo catapultó a la fama. La trama parte de un hecho real: el primer asesino en serie en la historia de Corea y la incompetencia policial para impedir estos crímenes y capturar al culpable.

Sin embargo, su obra de ensueño fue “The host” (2006), una respuesta coreana al “Godzila” norteamericano que casi destruye el puente Brooklyn. Este nuevo monstruo vive en Seúl, se esconde en las aguas del río Han y provoca el horror y la muerte a su paso. Protagonizado por quien entonces era su alter ego, Song Kang-ho, ha sido el filme más taquillero en la historia de Corea. Estrenado en el festival de Cannes del mismo año, en esa plaza celebraron su cinematografía y manejo de los efectos especiales. Para muchos, esta nueva historia tuvo mejor guión y eficiencia técnica que la saga sobre el gigante marino que destruye media Nueva York. El monstruo coreano era un símbolo de destrucción y muerte que pendía sobre un país partido en dos.

“Mother” (2008) vendría después, con la historia de una complaciente madre que lucha para salvar a su hijo enfermo mental de una acusación de asesinato. Fue estrenado en la sección Un Certain Regard de Cannes y la crítica la ha considerado otra obra maestre. Por último vendrían “Snowpierce” (2013) “Okja” (2017) y ahora parece que “Parasite” (2019), corona su gran carrera.

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