El cine como promotor de la música de un país

El género musical que más me gusta es el rock, algo que ha sido responsabilidad, como muchas otras cosas de mi vida, del cine. Al ver películas de Estados Unidos empecé a escuchar diferentes artistas de la música como Elvis Presley, Chubby Checker o Simon & Garfunkel, y al ver las imágenes con ese sonido, inevitablemente empezó el gusto. Eran artistas que para mi edad eran viejos, pero eso no impidió que quisiera escucharlos más allá del cine. Eso me hizo interesarme por todos los músicos que veía en el cine, aunque no fueran rockeros, como Dean Martin o Frank Sinatra. A lo que quiero llegar es que, el cine es un excelente difusor de la cultura del país que lo produce. Pero en el cine hecho aquí pocas veces se recurre, como en las películas juveniles de los ochenta americanas, a incluir algún tema de un artista legendario, pero que por una cuestión generacional, probablemente un quinceañero no había conocido. Claro que no todos los productores de cine de aquí pueden ser metidos en ese saco, y ejemplo del buen uso de esto son películas como “Dólares de arena”, de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, que rescataron la legendaria bachata “Morenita mía”, de Ramón Cordero, o en “Miriam miente”, de Natalia Cabral y Oriol Estrada, en la que se puede escuchar “Cada vez más”, autoría de Rafael Solano e intepretada por Niní Cáffaro. En muchos de los casos sé que es por el pago de los derechos de las canciones, pero entiendo que se le debe buscar la vuelta a eso, y que se pueda dar a conocer a la gente joven figuras de la canción de antes, porque de esta forma se va fortaleciendo la identidad local, que tantas veces se defiende con discursos llenos de ñoñería y xenofobia. Claro, esto no significa dejar de colocar también artistas del momento, cuyas canciones han tenido éxito en el momento de la proyección de las películas, al tiempo que sirven a la historia narrada en la pantalla. Ejemplo de ello son piezas como “Se fue”, de Félix D¥Oleo en “Nuebayol” (Ángel Múñiz, 1995) o “En un solo día”, de “Sanky Panky” (José Pintor, 2007).