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DESDE LA ÚLTIMA BUTACA

The Witness

Mucho antes de escribir “La ventana indiscreta”, Raymond Chandler (1888-1959) combatió en la Primera Guerra Mundial. Este escritor californiano, de padres divorciados, llegó a la literatura con elegancia, ingenio e ironía, imagino como forma de contrarrestar una parte del trauma familiar de su infancia cuando su padre, sumido en el alcohol, maltrataba a su madre, no dejándole otra opción que escapar a Europa con su pequeño hijo. Chandler no solo se hizo escritor, sino que fue cabeza de una generación de maestros de la novela negra, como a Dashiell Hammet, pero ninguno tan brillante como él.

“La ventana indiscreta” fue su novela mayor. Alfred Hitchcock la inmortalizó al llevarla al cine en 1954, protagonizada por James Stewart y Grace Kelly. Su tema ha servido de inspiración a otros escritores y cineastas para obras de temas parecidos.

El director surcoreano Kyu-Jang Cho parte de ella para su ópera prima, “The witnnes” (2018), junto a una modalidad muy demandada en las taquillas asiáticas: el tema de los asesinos en serie. “Memories of Murder” (2003) de Bong Joon-ho ; ”The Chaser” (2008) de Na Hong-jin y “I saw the devil”, de Kim Ji- woon. Son piezas anteriores que han sentado escuela universal.

En “The witness”, un padre de familia es testigo de un crimen desde la ventana del balcón de su apartamento acabado de adquirir mediante una hipoteca.

Pero aquí “La ventana indiscreta” es solo un punto de partida. El director ensancha su historia y la convierte en una persecución implacable del asesino contra su descubridor, y su familia.

Él decide no testificar su descubrimiento por temor a una represalia. Pero el asesino no quiere dejar cabos sueltos y esto hace que la trama se reconstruya.

El éxito de este filme recae en el valor que el director le otorga al ritmo cinematográfico y en las actuaciones, siempre con el nivel profesional propio de los coreanos. Actores conocidos como Sung Min-Lee y Sang Ho-Kim abordan sus personajes con efectividad y rigor.

El guion no solo goza del necesario equilibrio que otorgan los buenos parlamentos sino que contiene espacios adecuados alcanzar una puesta en escena sobria sin necesidad de acudir a elevados presupuestos.

“The witness” es otro filme coreano que combina arte con industria. Por esto días está en Netflix. Es una propuesta recomendable.

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