La balada de Buster Scruggs

La más reciente película de los hermanos Cohen está en Neflix. Se recomienda con letras mayúsculas. Es una comedia de humor negro, salpicada de simpática crueldad.

Está integrada por seis relatos inspirados en aventuras del lejano Oeste, después de concluir la Guerra Civil de los Estados Unidos.

Los directores maltratan con mucha inteligencia el legado del héroe positivo. Destrozan la belleza, la ingenuidad, el alma límpida que nos ha dejado Hollywood en aquellos filmes donde a veces los bandidos devenían en postales de rostros fieros, sucios, marcados con una sola señal: la guapería barata, el sempiterno triunfo de la justicia, y las orfebrerías de los viajantes en diligencias que de buenas a primeras se enfrascan en conversaciones no edulcoradas. Aquí no existen bandidos despiadados que cabalgaban en busca de tesoros, ni cantinas donde suena la música mejor. Pero sí son relatos posibles, inolvidables.

Unos pueden gustar más que otros. Algunos se extienden un poco más de lo debido. Sin embargo, no por ello dejan de tener su interés y de crecer por el elemento sorpresa y la calidad técnica.

“La balada de Buster Scruggs” hace reír entre dientes.

Divierte. Y algunas de sus historias no podrán olvidarse.

Es una cinta que se apoya en el ingenio más que en los recursos tecnológicos, pero claro está, sin olvidarlos. Filme necesario y recomendable que habla de la buena salud de sus realizadores, clásicos modernos.

Ficha técnica País: Estados Unidos. Año: 2018. Duración: 132 minutos.

Género: Comedia. Dirección y Guion: Joel and Ethan Coen.

Reparto: James Franco, Liam Neeson, Tim Blake Nelson, Zoe Kazan, Tom Waits. Casa Productora: Nexflix. Sinopsis: Seis historias llenas de humor negro recuerdan el Teatro de la Crueldad y constituyen una burla al héroe positivo que nos legaran los filmes del lejano Oeste donde los sheriffs, los pistoleros y los asaltos a los bancos eran caldo de cultivo.