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DESDE LA ÚLTIMA BUTACA

“Wild Animals”

El replanteamiento de elementos estructurales es lo que obliga al espectador a disfrutar una y otra vez de este filme. “Wild Animals” (1997) narra una tremenda historia, aunque cinematográficamente hablando, sus deficiencias técnicas no le otorgan un mayor realce. La cinta pertenece de la primera etapa del maestro surcoreano Kim Ki-duk, un cineasta que en ese entonces filmaba dos o tres películas por año. Ese exceso de creatividad era su respuesta por no recibir presupuestos adecuados para sus cintas. No había dinero para él porque sus historias no eran complacientes. Desde sus inicios, Kim Ki-duk no andaba con muchos regodeos para llamar a las cosas por su nombre.

Desde sus primeros filmes, Kim Ki-duk llevó a Occidente la vida del coreano común y corriente, de los ignorados por el poder. Eran gentes que salían todos los días sin los atuendos necesarios para enfrentar la frialdad.

En “Wild Animals”, el director la emprende contra los dos gobiernos que por caprichos ideológicos conforman lo que conocemos con el nombre de Península de Corea. Y lo hace a través de dos personajes, uno del Norte y otro del Sur que llegan a París, cada uno por sus propios rumbos y con objetivos diferentes. En la capital francesa, ambos personajes se involucran en encuentros y desencuentros muy peculiares ante una sociedad que no acaba de entender el drama que ellos viven. Y que vive el país.

A fin de cuentas, son desertores, y Kim Ki-duk remarca esa condición de manera constante para que el espectador entienda que el camino del exilio tiene un bemol que los coreanos han tenido que sufrir en carne propia. Él mismo fue un exiliado que llegó a París con sus lienzos y pinceles y, a fin de cuentas, tuvo que volver a Seúl porque aquel medio tendía a rechazarlo.

La historia sigue con crudeza la vida estos hombres y de sus dos amadas damas con ojos achinados. Una de ellas explotada por un proxeneta y la otra con una relación sentimental con un microtraficante de drogas.

El clima de destrucción individual no escapa de los objetivos narrativos de este filme que más que respuestas, abre preguntas muy difíciles de entender al igual que el drama de los hombres y mujeres que tienen que escapar de sus pueblos en busca de un futuro mejor, y que muchas veces encuentran la muerte por ellos mismos, como parábola al destino nacional: los problemas coreanos solo podrán ser resueltos por los propios coreanos, a las buenas o a las malas. El director entrega el protagonismo del filme al mismo actor de “Cocodrilo” (2016), Jae-hyeon Jo,

“Wild Animals” es de esos filmes que se disfrutan a pesar de sus limitaciones tecnológicas. Su tremenda vigencia le otorga un espacio de reflexión en todo aquel que sepa pellizcarse la piel ante la tentación de dejar atrás la tierra que lo vio nacer.

Ficha técnica País: Corea del Sur. Año:1997. Duración: 106 minutos. Dirección y guion: Kim Ki-duk. Reparto: Jae-hyeon Jo, Dong-jik Jang y Ryun Jang. Sinopsis: Un surcoreano viaja a París con la intención de estudiar arte, pero la realidad se impone al deseo y acaba dedicándose a realizar pequeñas estafas para sobrevivir. Conoce a un ciudadano norcoreano desertor también.

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