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EL GABINETE DEL CINE

Cine de espías sin Guerra Fría

Las películas de espionaje surgieron a partir de la Guerra Fría, luego de que terminara la Segunda Guerra Mundial, en 1945 y los dos bloques, comunista y capitalista, se enfrentaban en silencio robándose información y desarrollando aparatos de inteligencia en los que los agentes secretos eran los soldados. Pero, no creo que la vida de los espías haya sido tan emocionante, glamorosa y sofisticada como la ha mostrado el cine. Fue Ian Fleming, quien con su personaje James Bond logró implantar ese modelo de espía, buenmozo, con gusto exquisito, elegante forma de vestir, medio alcohólico, deportivo, mujeriego y gran peleador que el cine a partir de 1962 se encargó de mostrar. Y si luego de él, que tenía la cara de Sean Connery y que hoy tiene la de Daniel Craig, fue el primero en tener el gran éxito, sería, como era de esperarse, copiado hasta la saciedad. Y pese a que luego de que en 1989 se iniciara el final de la Guerra Fría, el cine no quiso dejar de seguir ganando dinero a partir de este tipo de películas. Por eso hoy siguen haciéndose y con características distintas, pero siempre con la constante de la elegancia y sofisticación que impuso Bond. Es por esto que en nuevas producciones como “Atomic Blonde”, de David Leitch, mostró a una Charize Theron capaz de dar más tortazos que Ethan Hunt o Jason Bourne, y con más elegancia y belleza. El tono “británico” y humorístico no ha dejado de estar presente y filmes como “Kingsman” (Matthew Vaughn) en sus dos versiones, o “Spy” (Paul Feig), han servido más como una parodia del 007, que otra cosa. Lo que sí se sabe es que sean divertidas o llenas de acción, estas películas hacen soñar a los cinéfilos que son los héroes que viven toda esa vida de lujos, parejas y emociones tan entretenida.

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