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CANTANTE

Frente al espejo de Myriam Hernández

Mañana el público dominicano disfrutará de un concierto de la producción musical “Gala de amor éxitos, solo éxitos” en el hotel Jaragua.

Con un cepillo de cabello como micrófono y con el espejo de público, Myriam Hernández jugaba a ser artista. Siempre tuvo muy claro lo que quería cuando creciera y su familia la apoyó desde el inicio cuando apenas tenía 4 años y cantaba emocionada por toda la casa.

Fue una niña muy consentida por parte de toda su familia; sus tíos no eran cantantes profesionales pero siempre le cantaban porque le gustaba; Myriam cuenta que nunca recibió una “pela”, porque estaba protegida por todos en la casa.

A los 12 años comenzó a trabajar en programas infantiles y no mucho después con sus ahorros grabó su primera canción “Ay amor” con la que debutó para luego convertirse en una promesa de la música a muy temprana edad.

No considera que fue una estudiante brillante pero siempre tuvo que esforzarse, “mis padres me tenían como regla que si no me iba bien en la escuela no continuaba con la música, por lo tanto me esmeraba en sacar buenas notas; luego estudié comunicación audiovisual pero no pude terminar porque murió mi abuelita y fue muy difícil para mí; más tarde estudié periodismo durante tres años”.

Myriam confesó que le molesta que alguien le haga una entrevista y no este informado sobre su carrera.

Aunque asegura que no se siente cómoda imitando a otras personas. La cantante tuvo un tiempo en el que interpretaba artistas y personajes como: Thalia, Shakira, Celia Cruz, entre otros, porque cuando ella cuenta una anécdota lo hace de manera dramática y de ahí salieron las imitaciones.

“Me gusta reírme, me gusta disfrutar de la vida, que me hagan reír; creo que hay mucho tiempo para llorar, hay muchas cosas tristes que están pasando, con nuestros hermanos venezolanos lo que están viviendo por ejemplo, hay tanta crueldad, tanta falta de amor que hay que tratar de vivir la vida con humor y entregar mucho cariño”.

En cuanto a su época como presentadora Myriam cuenta “vivíamos en Miami y llamaron a mi marido que es mi manager y le dijeron que cada día iban a tener una animadora y que yo fuera una de ellas y después de ahí presenté durante cinco años”

Como anécdota cuenta que en una ocasión durante la presentación de Viña del Mar, se atrevió a darle la Gaviota de oro a Juan Gabriel porque el público lo estaba aclamando y ese año no se la darían a nadie. “Cada vez que nos encontrábamos había mucho cariño” comenta al referirse al Divo de México.

A petición de su compañía disquera, Hernández cantó una canción en rock y como al público le gustó, sus representantes querían que ese fuera su estilo, idea que a la baladista no le gustó y se puso a llorar en ese momento. “me gusta el rock pero creo que eso hay que vivirlo, y yo no me veo en esa posición”, asegura.

Aunque la cantautora grabó un tema en hip hop no tiene en sus planes cantar en otro género, pero no se cierra ante la posibilidad de hacerlo algún día.

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