Obra
Tema sensible llevado con muy buena mano
"Olivia & Eugenio", que inicia hoy, es una pieza que, pese al tema que trata, no busca la lágrima fácil ni la lección cursi.
Cecilia García y Carlos Espinal han hecho la costumbre de venir cada cierto tiempo al país (ambos viven en Estados Unidos) con una pieza teatral en la que ponen de manifiesto su complicidad.
De esta manera han llevado a escena, él en la dirección y ella en la actuación, obras como “Master Class”, en 2011, y “Glorious”, en 2013.
Ahora se vuelven a unir para desde hoy presentar “Olivia & Eugenio”, en la sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito, en la que la versátil artista García comparte roles con el joven José Ricardo Gil Ostreicher, quien pertenece al Teatro Orquestal Dominicano del Ministerio de Cultura, hace aquí su debut en una pieza teatral.
La obra, autoría del peruano Herbert Morote, es la historia de una mujer de edad madura con una enfermedad terminal y su hijo, quien tiene síndrome de Down.
Con esta premisa se podría pensar que la audiencia se enfrentará a una obra que busca la lágrima fácil o la cursi experiencia aleccionadora. Nada de eso.
En un solo acto, el montaje, que contó con un excelente trabajo de diseño de iluminación, a cargo de Lillyanna Díaz, se desarrolla en un apartamento de clase alta en la que Olivia y Eugenio viven.
El correcto trabajo escenográfico de Eduardo Lora y Carlos Lora y la decoración de interiores de Hatuey De Camps García, nos introduce en este universo en el que una atribulada mujer dará un repaso a lo que ha sido su vida de madre y esposa, con un marido infiel, drogadicto y jugador, y de cómo en este panorama le nació un hijo “anormal”.
La pieza muestra con fuerza cómo el amor y la facultad para ver más allá de Olivia (encarnada de una forma impecable por Cecilia García), hace entender que esa “anormalidad” no la tenía Eugenio (correcto, simpático y oportuno el trabajo de José Ricardo Gil Ostreicher), está en los demás.
Este es un trabajo en el que pese a que se probará si realmente “la vida te quita todo”, como dice la madre en uno de los momentos más dramáticos de la actuación de García, o si la forma de ver el mundo, desde su “burbuja” en que vive Eugenio, tiene más sentido que los que supuestamente son “normales”. La dirección de Espinal ha cargado de sensibilidad un tema de tan delicada naturaleza en la obra creada por Herbert Morote.