DESDE LA ÚLTIMA BUTACA
A girl at the door

Una parte del éxito internacional del cine coreano se debe a su naturaleza indócil. A su mirada siempre atenta al lado oscuro de la sociedad. Temas críticos, controversiales y hasta “duros” para las cinematografías tradicionales, aquí son fuente de sonidos naturales. A veces se cree que la cultura no forma ciudadanos preparados para sobrevivir en la Era Postmoderna, donde no es posible el cambio de color.
El guion de “A girl at my door”, opera prima de July Jun, fascinó al maestro Lee Chan Dong, quien no vaciló en brindarle el sello de su casa productora y agenciarle los recursos necesarios para llevarlo a feliz término. ¿Qué motivó esta distinción a favor de la joven autora de una pieza muy controversial que podría levantar ronchas en ciertos estratos de la sociedad coreana? ¿Honestidad y coraje? Estamos frente a una directora que hace diana en sitios vulnerables de la idiosincrasia ciudadana y que no solo se limita a denunciar la violencia contra los menores de parte de sus familiares allegados, sino a rastrear en el alma de los heterosexuales el odio, la burla y el desprecio hacia quienes prefieren otras prácticas sexuales.
“A girl at my door” es una película de bajo presupuesto. Filmada en calles, escenarios naturales no complejos y con un mínimo de recursos tecnológicos. Lo valioso de su puesta en escena radica en su guion que, como flecha que cruza los espacios y hace diana, posee los recursos dramáticos, actorales y fotográficos suficientes para convertirla en una cinta memorable. Ni el diseño de producción, ni la elección de locaciones requirieron colegiaturas. Todo confluyó entre las prácticas aguas de las cercanías, donde lo cotidiano se torna artístico por la fortaleza de su discurso ético. Esta es una película donde el espectador no necesita adornos ni exuberancias formalistas. Donde los valores humanos no dejan de ser valores porque no conocen paradigmas y donde sale a relucir la parte menos agradable de la condición humana en un país que ha luchado y lucha por dignificar. Este contraste realidad-ficción y ficción-práctica le da validez universal al filme que habla por sí mismo. No por gusto fue Selección Oficial de “Un certain regard” en Cannes, 2014.
El visionaje de “A girl in my door” no dejará indiferencias. A la pulcritud de su relato se una una fotografía dimensional, colocada siempre por encima de los ecos, con enfoques deslumbrantes y matices cotidianos, junto a una pulcra dirección de actores.
Ficha técnica País: Corea del Sur. Título en Hangeul: Dohee-ya. Año: 2014. Duración: 116 minutos. Dirección y guion: July Jung. Productor: Lee Chan Dong. Reparto: Doona Bae, Hie-Jin Jang, Sae-Byeok Song, Sae-ron Kim y Seong-Kun Mun. Sinopsis: Una agente de policía de Seúl, es enviada a un pueblo costero para pulgar conductas no admitidas para agentes de su categoría. Allí conoce a una adolescente poco expresiva que es salvajemente golpeada y maltratada por su abuela y su padrasto.
