CINE
“Los reyes: la verdadera historia de Buster y el Camaleón”
Se supone que esta historia con nombres cambiados es la “verdadera historia” de un archifamoso capo mafioso boricua, Figueroa Agosto, que actúo tanto en Puerto Rico como en Dominicana, que al fin fue detenido y luego condenado en su país. Pero lo que vimos en este film nos volvió el cerebro un vendaval, y no por lo que se supone se cuenta y vemos, sino por la manera en que lo presentaron. El cine es un Arte, así, con mayúscula; y, como todo Arte, tiene sus propias reglas: no basta tener una historia que se supone pueda interesar a mucha gente, hay que saberla contar, y para contarla, aparte de la fotografía que es la que nos permite ver a los personajes, hay algo que es fundamental: la edición, también llamado montaje. Esa edición tiene como propósito ofrecer una historia de manera lógica, emocionante, interesante, comprensible, ágil y hermosa, si es el caso. Pero lo que hizo el director Vicente Castro en este caso es un batiburrillo que más que contar enreda, es un continuo saltar de un lado a otro con el tal Camaleón sin sentido de lo que es una elipsis, un enredo que más que explicar y contar confunde. A decir verdad, y a pesar de que el chico Jorge Alberti no lo hace mal, no hay salvación alguna para esta “verdadera historia”.