TRIBUNA ABIERTA
El humor nunca muere, pero...
Parodiando a una canción que dice “el amor nunca muere”, el humor nunca muere. Si bien es cierto que ha mermado el surgimiento de buenos talentos en los últimos años, y que cada día los canales de televisión locales ensanchan más los repetitivos programas de entrevistas, los enlatados y otros tipos de producciones, el humor no morirá en la televisión local. De la pléyade de comediantes surgidos en el canal 5, antes Circuito Independencia, solo algunos están estables y en programas rentables, como es el caso de Raymond Pozo, Miguel Céspedes y Fausto Mata; muchos otros han saboreado el éxito fuera de los predios de Telemicro, como es el caso de Cheddy García, Lumy Lizaldo, Rafael Alduey y este servidor, que produce Ke Colmado, pero ninguno, fuera de Telemicro ha podido ser cabeza de un proyecto medianamente exitoso y hasta Raymond y Miguel se puede decir que mermaron cuando estuvieron por los predios de Telesistema. A otros miembros de ese grupo de comediantes se les ha hecho difícil triunfar fuera de los terrenos de Gómez Díaz, y han tenido que regresar a la casa que les abrió las puertas en un principio. El humor sigue siendo una de las mejores herramientas para llegar al público televidente de todas partes del mundo, y si hoy en nuestro país los noticiaros logran un nicho después de las once de la noche, es porque no hay una buena propuesta humorística en ese horario, pero nada de variedades y combos, que lo mucho, hasta Dios lo ve. Me atrevo a asegurar que la mayoría de la gente no se quiere ir a la cama con la cabeza llena de malas noticias, sangre, amarillismo, terror, política y muerte, respetando, claro está, a los que siguen estos programas noticiosos y los disfrutan. En cuanto a la preparación, este aspecto es relativo, hay buenos comediantes que no pueden mostrar estudios, ni demuestran que viven pegados a un libro, pero han crecido, así como los hay que no saben cuales son los cinco continentes. El que un comediante se prepare adquiriendo conocimientos extracurriculares, no garantiza que va a ser mejor humorista, aunque si lo hace, se va a apreciar como una persona preparada y con cierta cultura. Si es libretista, debe escribir de todo: parodias, humor social, décimas, etc. Ahora bien, la preparación en este caso va de la mano con su desarrollo como comediante o humorista.