DÍAS DE CINE
‘En un mundo mejor’
HERMOSA, SIGNIFICATIVA HISTORIA
Los buenos directores saben escoger las ideas para sus películas. En ocasiones, ellos mismos las conciben y escriben el guión. Otras veces leen con sumo detalle ideas, relatos, novelas o guiones ya escritos para seleccionarlos, para llevar a cabo la obra cinematográfica. Cuando Toshifumi Matsushito, en Bolivia, pensó en “El regalo de la Pachamama”, intuyó que esa historia podía dar lugar a una hermosa cinta. Y tuvo plena razón. Cuando Abner Benién, en Panamá, imaginó esa historia de criados rebelándose contra sus patronos en “Chance”, de seguro pensó en una estupenda comedia. Y así fue. Cuando Ciro Guerra tuvo en la mente, allá en Colombia, la idea de “Los viajes del viento”, imaginó tal vez la poesía en movimiento del largo recorrido de su acordeonista, y su film es eso, una hermosa y poética historia. Susanne Bier, danesa, no se anda con jueguitos cuando selecciona sus guiones, es cuidadosa y segura y sabe que los entramados de la conciencia humana son intrincados y que, en ocasiones, desembocan en situaciones insospechadas. Pero el resultado de su seleccionar nunca nos ha decepcionado, por lo menos en los films que de ella hemos visto: “Hermanos”, de 2004; “Después de la boda”, 2006, y “Cosas que perdimos en el fuego”, 2007, todos relatos con inusitada fuerza dramática, perfectamente bien urdidos. Ahora, la Bier nos enfrenta a un tema universal: la violencia. Y esa violencia que nos propone la Bier no se limita a la simpleza de presentarnos un conflicto bélico de los tantos que abundan, sino en algo más amplio y complejo: la violencia entre los niños, reflejada en Elías y Christian, compañeros de colegio que se ven, de inicio, envueltos en un conflicto, porque Christian golpea y casi acuchilla a otro compañero como respuesta a los abusos que hacía contra Elías. Christian es un chico resentido por la muerte de su madre y porque cree que su padre deseaba esa muerte. Pero Susanne Bier nos lleva a sus mayores, a que los niños no puedan comprender cómo el padre de Elías no responde a una bofetada que le diera un fulano, porque consideran que esa manera de actuar es de cobardes, y ese detalle es, precisamente, el que desata el drama nudo de la acción. Y el otro aspecto de la violencia que enfoca la Bier se desarrolla en una de esas desoladas regiones de África donde se encuentra un centro médico en el cual desempeña su labor el padre de Elías como médico. Esa ayuda a enfermos y heridos, ayuda que se hace en condiciones bastante precarias, vive rodeada de la violencia tribal, en especial la engendrada por un peligroso personaje conocido como el “Gran Hombre”, que gusta de violar niñas y luego cortarlas por puro placer sádico. O sea, que la acción discurre alternándose dos puntos geográficos, haciendo la directora que comprendamos minuto a minuto lo que ocurre en ambas familias cuando escuchamos al esposo hablar en la distancia con su mujer, quien le ha abandonado porque no soporta sus ausencias en África, cuando escuchamos los enfrentamientos en Christian y su padre, cuando observamos lo que va incubándose en los niños cuando sienten bien adentro que es un deber de ellos defender a un padre que consideran ha sido gravemente ofendido. Apasionante Es una historia, repetimos, muy intensa, apasionante y que nos mantiene en expectativa gracias a la mano firme de la realizadora danesa, y gracias a toda esa pléyade de actores y actrices que, como casi siempre sucede, tienen nombres que no conocemos, o sea, que no son nada populares, pero, eso sí, son verdaderos intérpretes, no charlatanes tirando tiros y repartiendo golpes y corriendo la milla en diez segundos. Esta sí es una película que recomendamos: “In a better World”, de Susanne Bier.