SOBRE LAS TABLAS
Competencia actoral
“GOLPE BAJO” REÚNE A TRES OBREROS DISTINTOS DE LAS ARTES ESCÉNICAS PERO CON UN TALENTO Y VERSATILIDAD QUE POCAS VECES HA ENTRADO EN DISCUSIÓN
Félix Germán ha realizado el montaje de “Golpe bajo”, una pieza en la que más que nada destaca el trabajo actoral de tres artistas, cuya labor va a ser una competencia como la que llevan los personajes que interpretan. Y es que es un lujo ver a tres obreros de las artes escénicas tan distintos, pero con un talento y versatilidad que pocas veces ha entrado en discusión. Este espectáculo representa el regreso de Germán al teatro, luego de realizar la actuación en la película “Para vivir o morir” (Radel Villalona, 1996) y dirigir “La maldición del padre Cardona”, en 2005. Este, además de dirigir la obra interpreta a González; Kenny Grullón, encarna a Medina, y Frank Perozo hace las veces de Pérez. La trama de “Golpe bajo” arranca con la llegada de este último a una extraña fábrica, despertando la competencia con González, quien ve amenazada sus ansias de crecimiento dentro de la empresa. A partir de aquí se suceden cosas en las que ambos harán lo posible por ganarse el favor de Medina, un jefe manipulador que jugará con ellos a su conveniencia. Así, la paciencia del correcto González, chocará con el entusiasmo del nuevo Pérez, quien es visto por el primero como una amenaza en la ejecución de su propósito de conseguir laborar en un departamento más cercano a su familia. Con una cuidada producción, la obra se hace densa ya que los ricos e irónicos diálogos y el carácter de la obra, unido al trabajo escenográfico y de iluminación. Ese universo, creado por Richard Dresser, es recalcado aquí por elementos como la voz en off, que con sus alocuciones, que sirven para mostrar esa esclavitud consentida en la que se encuentran los tres personajes. La escenografía, realizada por el artista argentino Marcelo Ferder, es uno de los elementos más importantes que tiene el montaje. Detallista y muy bien elaborada, que introduce al espectador en ese mundo sórdido y patético en el que viven los tres personajes. Esta, unida a ese vestuario gris, no de color, sino en el sentido de que hace que los personajes tengan el mismo nivel, crean un mundo del que quieren escapar y que refleja lo competitiva y miserable que puede llegar a ser la existencia humana.