Momentos de locura

¿Cual es la verdadera finalidad de emitir frases como “Es que eso no se parece a ti” o “yo no creo que tu des para eso”? Todos hemos tenido que escucharla en alguna oportunidad y aunque quisiera decir que nunca le he dado importancia a esas cosas, confieso que en ocasiones hasta me hicieron cambiar mis planes de vida. Esos cambios se llevaron mi fé de vacaciones y me hicieron creer que las cosas que me definían ya estaban establecidas. Por lo que ya todos asumían (y todavía asumen) lo que se puede esperar de mí. A todos nos ponen una etiqueta. Si eres fiestero y dinámico, quizás a muchos les cueste creer que tomas en serio tu carrera, tu trabajo u otras cosas de peso. Si eres disciplinado y organizado, probablemente logres dejar con la boca abierta a alguien si te ve en alguna faceta que parezca alocada. Los estereotipos abundan y aunque en algunas cosas acierten, los creo tan injustos e imprecisos como los horóscopos (porque realmente cuesta creer que todas las personas que nacieron en una misma fecha tenga igual personalidad, vida y suerte). Llevándome de las opiniones externas, por poco escojo un camino ajeno a mí. Y es que definitivamente la fórmula más segura del fracaso es tratar de complacer a los demás, escuchar todo lo que dicen de nosotros y no hacer caso a lo que nos dice el corazón. El compromiso más grande siempre se tiene con uno mismo y la felicidad propia, por eso hay que olvidar lo que los demás puedan decir y vivir. Dale una oportunidad a tus sueños, dale rienda suelta a tus sentimientos, ¡a tu locura!, porque aunque parezca irónico, cuando rompemos la normalidad con alguna ocurrencia nada convencional, le damos equilibrio a la vida y hacemos más llevadera la cotidianidad. No dejes que nadie te defina, que decrete lo que serás, te imponga límites o frustre tus planes, pues la única persona del mundo que realmente sabe lo que eres y para lo que das eres tú.