“Peluda Venganza” Ni peluda ni nada: ¡estúpida!
Por razones que sería muy largo explicar ahora no pudimos ver el film que, en realidad, deseábamos ver: “Robin Hood”, no porque esperemos que sea alguna maravilla, sino porque, caramba, de todos modos es obra de Ridley Scott. Y es esa la razón única por la cual hubimos de colarnos en la sala donde se exhibe “Fury Vengeance”, bautizada con muy mala leche en español como “Peluda venganza”. Y allí encontramos a la ya muy menospreciada Brooke Shields haciendo el rol de Tammy, la esposa de Dan Sanders, el arquitecto encargado de todo un enorme proyecto de urbanización en medio de todo un bosque, por cuenta de una gigantesca corporación oriental para la cual trabaja. Dan, que hace ese trabajo aunque no le gusta y aunque tampoco le gusta a su esposa y sobre todo a su hijo adolescente vivir en aquella pedestre región, pero, claro, lo hace para ganar mucho dinero y elevar el estatus de ellos aunque no quieran. Todo ese planteamiento infeliz dará pie a las gamberradas más insólitas que pueda alguien imaginar, con el Sanders desafiando a un mapache en la carretera en lugar de rodearle, con el Sanders trepando al techo para ahuyentar a un cuervo, con el… bueno, les dejo a ustedes el resto, porque son tantas las estupideces que ejecuta en personaje señalado que nos recordó las peores películas de Jim Carrey. Y lo peor de todo es que ese Brendan Fraser que hace de Dan Sanders es un actor que, en ocasiones, ha sido posible denominar de esa manera, o sea, como actor, pero que, en esta malhadada oportunidad, nos da tremenda lástima porque, aunque bien sabemos que se está ganando un grueso fajo de billetes, también sabemos que cuando esté muy mayor sentado en una mecedora y le toque ver este film se sentirá avergonzado de tantas muecas y tanto derroche de necedad histriónica.