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Salud

Hábitos saludables en la tercera edad

A lo largo de los años se ha hablado de la importancia de mantener hábitos saludables, sin importar la edad. Cuando una persona entra a la etapa de adulto mayor se hace aún más necesario tomar en consideración todo lo que implique salud, creando rutinas que le ayuden a mantener un buen estilo de vida.

Cambios biológicos y psicosociales En el momento en que se está en edad avanzada se empiezan a tener cambios biológicos significativos, algunos de estos son: en la composición corporal, aumentando tejido graso, disminución de masa muscular, alteración en el sistema digestivo, que va desde los cambios en la dentadura hasta los problemas de sensación de saciedad precoz y constipación; cambio en el sistema nervioso, en el metabolismo y entre otros, así lo explica la nutricionista, Raquel Tejada.

Agrega que también experimentan transformaciones psicosociales que pueden repercutir negativamente sobre el estado nutricional. “En la vejez, las alteraciones emocionales son frecuentes. Los trastornos adaptativos o las depresiones se presentan con relativa frecuencia en este grupo de población”, expresa.

Es por esto que, dentro de los hábitos saludables del adulto mayor es de suma importancia tomar en cuenta la nutrición. Tejada indica que según las guías de la Sociedad Europea de Nutrición Enteral y Parenteral (Espen), el valor de referencia para la ingesta de energía en personas mayores, es de 30 kilocalorías por kilogramo de peso corporal, sin embargo, este valor debe ser individualmente ajustado en función del estado nutricional, físico y el nivel de actividad.

La especialista considera que los suplementos juegan un papel importante en pacientes cuya edad predispone a ciertos déficits nutricionales por incremento en los requerimientos que no son cubiertos por la dieta, estos deberán ser guiados siempre por un profesional del área.

Cabe destacar que el metabolismo de una persona mayor no trabaja de igual forma que el de alguien joven; en este sentido, Tejada afirma que el gasto energético del paciente envejeciente disminuye entre un 10 a un 20% y que en esta etapa de la vida, es un proceso natural la pérdida de masa metabólicamente activa, por lo cual es vital el aporte de suficiente proteína en la dieta.

Concienciación y alimentación Recomienda realizar una intervención para concienciar sobre las necesidades, luego ir con un especialista para que le evalúe y haga un proceso de educación nutricional, tanto a él como al grupo familiar o cuidador responsable de su dieta.

La nutricionista expone que la ingesta de fibra dietética es esencial para asegurar una óptima función gastrointestinal, puesto que previene el estreñimiento, favorece un mejor control de la glucemia y del colesterol y reduce el riesgo de aparición de algunas neoplasias. También sugiere el consumo de Calcio, Zinc, Hierro y Magnesio, entre otros, encontrados en alimentos como: leche, queso, almendras, yogurt, hígado, yema de huevos, lentejas, carnes, cereales integrales, frutos secos. En el caso del Zinc, si no no se asegura con la ingesta, aconseja consumirlos como suplementos.

La experta en el área advierte nunca olvidar el consumo de agua, debido a que, en esta etapa, el mecanismo que desencadena la sed está alterado, por lo que se recomienda ingerir líquidos con regularidad a lo largo de todo el día, teniendo en cuenta las necesidades hídricas diarias.

Entrenamiento Otro punto importante es la actividad física. Eddy Cruz, entrenador personal, afirma que el ejercicio en la tercera edad representa el 40% de la salud, ya que será lo que mantendrá el sistema cardíaco, respiratorio e inmunológico más fuerte y saludable; pero, además, intervendrá en el fortalecimiento de los músculos y los huesos, abarcando las articulaciones.

Cruz destaca que las rutinas apropiadas para personas en la referida edad pueden ser al aire libre, donde se incluyan cables con poleas, pesas ligeras, ejercicios aeróbicos, pero que todo dependerá del estado de salud de la persona.

“Cada persona necesita un entrenamiento diferente, de acuerdo a la condición física. Como entrenador, lo primero que recomiendo es comer alimentos lo menos procesados posible, tomar suficiente agua, descansar lo necesario, y hacer algún tipo de deporte o entrenamiento; para eso no existe edad”, detalla.

Entiende que las personas tienen una edad límite para producir masa muscular, pues se entra a una edad que en vez de crecer, el músculo empieza a degradarse. Cuenta que los músculos son reservas de nutrientes que cuando las personas no se alimentan como deben, el cuerpo empieza a nutrirse de sus almacenamientos y que está claro que el 98% de las personas adultas y envejecientes no consumen lo necesario en sus alimentos.

“Hay que tener en cuenta que comer saludable no es igual que comer lo necesario; tampoco es lo mismo una persona de 60 años que entrena desde hace años, a una persona que empiece a entrenar a los mismos 60, por eso cuando alguien pide asesoría hay que hacerle una analítica para saber qué necesita. Si es una persona que no sufre de nada y está bien en todo sentido, pues lo mejor es consumir un alimento rico en proteínas y carbohidratos antes de entrenar”, puntualiza.

Expone que un adulto puede entrenar con los mismos ejercicios que un joven, con variantes en la intensidad y en el peso.

Chequeos Elvis Suero, médico general, quien trabaja en un hospital público, afirma que entre el 30 y el 35% de los pacientes que asisten a la consulta son adultos de la tercera edad y que, el 10% de estos acuden para manejo nutricional.

El también nutricionista manifiesta que, como centro primario se ven casos de pacientes con desnutrición aguda, sobre todo adultos mayores, y que los más frecuentes son pacientes con alguna enfermedad crónica, principalmente cáncer o diabetes mellitus tipo 2, que son enfermedades que producen deterioro rápido del estado nutricional.

Aconseja a los adultos mayores ir con más frecuencia al nutricionista cuando presenten sobrepeso u obesidad o si tienen alguna enfermedad que comprometa la nutrición, pero que también los visiblemente “sanos” deben asistir para conocer su composición corporal y aprender pautas de alimentación saludable.

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