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Polyplas

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Grisbel Medina R.Santo Domingo

Una mujer llora frente a los escombros. Desconsolada clama respuestas frente al despojo de Polyplas, la empresa donde trabajaba el esposo y padre de sus cuatro hijos. ®Tenemos veinte años casados®, sollozaba en presente frente a los remanentes del espacio donde el marido acudía a trabajar. La mujer anduvo hospitales y regresó a Villas Agrícolas con el alma rota, sin noticias del esposo. Solo ella conoce el tamaño de la impotencia, el abismo de su dolor.

María Altagracia Garabito es la joven que filmó el almacén donde ella y dos compañeras estaban encerradas. ®Estamos nublado del gas que están echando, muy nublado en almacén, se ve como si va a explotar. No se ve nada®, dejó grabado para el presente y para que no lo sepulte la historia. El gas esparcido lo consumía todo hasta estallar dos veces. Entonces el país se percató de que en un sector de Santo Domingo existía una empresa de oligarcas con un tanque de gas cerquita de una caldera y sin muro de contingencia. Lo grave es que no es la única empresa.

Reportes del Cuerpo de Bomberos dan cuenta que no se comprobaron (o sea, no había) dispositivos de detección de escapes ni las alarmas de emergencia que los dueños defendieron a capa y espada. Además el tanque de gas (de la empresa Propagas) estaba ubicado próximo a la caldera.

La explosión en Polyplas con un saldo de muertos que la impunidad no permitirá confirmar, deja varias lecciones y comprueba una práctica esclavista que sentíamos superadas. El librito dice que cuando una empresa opera materia prima inflamable, debe establecer posibles riesgos y del mismo modo instituir el plan de contingencia ante posibles desastres. Con palabras bonitas (vinagre ante tantas heridas) en Polyplas han defendido ®protocolos® inexistentes y rutas de evacuación fallidas. Además desarropa una práctica empresarial que por economizarse dos pesos viola reglamentos, pisa la ley. Y desenmascara un Estado que no supervisa.

El silencio hiere. Ojo, las familias afectadas no necesitan limosnas. Esperan justicia. Comiencen por publicar la lista de empleados que debe poseer el ausente Ministerio de Trabajo.

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