La empatía como medicina para el alma

A lo largo de los años se ha hablado de la importancia de la empatía en cualquier ámbito social, pero todavía en pleno siglo 21 hay quienes están ajenos al concepto de la palabra y todavía más cuando se habla de poner en práctica este valor, el cual puede ser brindado aún desconociéndose su definición.

Cada año son más las campañas que se realizan con el fin de ayudar a mujeres diagnósticadas con cáncer, las cuales son sometidas a procesos agresivos para contrarrestar la enfermedad.

Si bien es cierto que estos pacientes deben estar en tratamiento clínico para su recuperación, hay otros elementos que pueden ayudar a la mejoría de su condición desde el punto de vista emocional, tal es el caso de la empatía, cuyo efecto es más curador y efectivo de lo que parece.

Entender el dolor ajeno Adderlee Tavárez, psicóloga clínica, explica que: “La empatía facilita el cumplimiento terapéutico entre médico-paciente, y familiarespaciente, por lo cual resulta imprescindible. A veces, tan solo basta con que entendamos el dolor del enfermo, su tristeza, su rabia; sin juzgarle y sin tratar de convencerle de que no debe estar así, porque está en todo su derecho de sentir todas estas emociones. El crear un ambiente de contención, amor, empatía, y acogimiento, hace que el paciente que sufre de cáncer y sus familiares transiten por este proceso de la manera más tranquila”.

¡Apóyalas con el buen trato! Existen muchos testimonios sobre cómo se sienten los enfermos oncológicos al momento de exponerse al público, y aunque la gran mayoría son tratados por psicólogos para aceptar y superar su realidad, hay una situación externa que los acompaña y es la reacción y poca discreción de los demás, que también debe ser tratada con un proceso de concientización.

Katerin Marte, una joven de 22 años, cuya madre ganó la batalla contra el cáncer, revela que se sentía incómoda cuando niños se quedaban viendo a su madre y de imaginar lo que ella pensaba, manifiesta que la razón era porque considera que es difícil explicarle a un niño que esas secuelas físicas son parte de un proceso de lucha contra una enfermedad, pero que más difícil era ver que adultos que son conscientes, no se ponían en el lugar de su ser amado y confiesa que era una situación chocante.

“Es incómodo para el paciente, es incómodo para el familiar sentir que lo ven extraño, pero gracias a Dios estamos viviendo un momento en el que las personas están más consciente de lo que es el cáncer, es más normal, ya que antes tenerlo era causa de rechazo, por la misma ignorancia de lo que era, y no se puede culpar”, explica.

Al preguntarle sobre qué le recomienda a los que están cerca de quienes tienen este padecimiento, aconseja ser más sensible y mantener un trato que se vea de una manera natural. Considera, además, que debe ser así con quien sea que tenga este u otro tipo de enfermedad.

En algunos casos hay individuos, que sin tener un vínculo con el paciente, quizás inconscientemente, comentan la imprudencia de preguntar ¿qué le está pasando? o peor aún el decir: ¡ay que mal te ves!, sin tomar en cuenta que se están dirigiendo a una persona que se encuentra vulnerable emocionalmente y su mayor anhelo es sentirse fuerte para seguir batallando.

¡La moda también puede servir! Aunque para algunas personas sea considerada superficial, la moda también puede ayudar y ser aliada en el proceso, haciendo que las pacientes se sientan igual de bellas que antes del padecimiento. Según expertos, no todo el que es sometido a quimio pierde su cabello.

Cortarse el cabello desde que se tengan los primeros signos de caída es una decisión drástica, pero ayudará a aceptar una nueva imagen temporal, que tiene también su encanto, pues es un momento en que se puede destacar mucho más el rostro.

Hay dos opciones para lucir hermosa luego de la decisión: la primera es el uso de pelucas, para las que se recomienda que sean transpirables, para mayor comodidad, y la segunda es el porte de pañoletas suaves, las cuales ayudan en lo visual, y también a proteger el cuero cabelludo del sol, así lo considera Ana Thomen, asesora de imagen.

Entiende que, aunque se esté pasando por un mal momento, el maquillaje es buen aliado y ayudará un poco con la apariencia del rostro. Expresa que los más recomendables son los hipoalérgicos, para evitar cualquier reacción.

“En cuanto a los colores es mejor evitar el uso de los morados, grises y verdes en sombras e incluso en ropa, ya que dan un efecto más pálido. Para el vestuario es bueno usar ropa a la medida; muchas veces la ropa nos hace ver más desgarbadas y desaliñadas. Es recomendable usar piezas que te armen, con mangas y cuellos. También es el momento de vestir con colores vibrantes y alegres”, detalla.